La coyuntura política 2019

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Los errores incurridos han inclinado el fiel de la balanza, haciendo que las equivocaciones tengan un elevado coste social y político.

El régimen del “rupturismo en la continuidad” de Moreno, seguidor insobornable de su antecesor, por su animadversión visceral y la de sus colaboradores (caso de los ex-Ruptura de los 25: Romo, Roldán o Granda) al legado del caudillo ha incurrido en los mismos errores pero con significantes políticos diferentes, del populismo seudoprogresista al populismo retrógrado. Lo que lo hace un gobierno errático y dubitativo al momento de diseñar y decidir políticas concretas, tanto en lo internacional como en lo nacional.

Los errores incurridos han inclinado el fiel de la balanza, haciendo que las equivocaciones tengan un elevado coste social y político, como un desprestigio en la región. Como muestras de la ineptitud, por lo limitado del espacio, señalamos solamente el abandono de Unasur, el decreto 883 y los sucesos de octubre y el “trumpismo” creciente en su gestión. 

Las miopías ideológicas de los mandatarios, de los 12 países, que conforman la Unasur, han provocado que el gobierno de Moreno haya cometido el error histórico y estratégico de coadyuvar a su liquidación al retirarse, e incluso al quitarle el edificio donde funcionaba en Quito. No se puede dejar de reconocer el gran esfuerzo diplomático, desde 2008, hecho para integrarnos más en Sudamérica, priorizando lo que nos une de lo que nos diferencia. Su liquidación demuestra el problema de la región sur, la incapacidad para forjar acuerdos concretos y pragmáticos para el buen gobierno. 

En globalización no se puede despreciar ninguna iniciativa. La crisis fiscal del gobierno, herencia del anterior, no se resuelve recurriendo a una de las instituciones más desacreditada a nivel mundial, como el FMI. Hemos suscrito alrededor de 40 cartas de intención que no han servido para un carajo. 

La condicionalidad de los préstamos, continuar endeudándonos para seguir pagando la deuda externa, exige la abolición de los subsidios a los combustibles. El gobierno Moreno y los empresarios-ministros sin negociar con los sectores sociales, escondiendo información y sin plantear medidas compensatorias para los más vulnerables promulgaron el decreto 883 y ardió el país durante 11 días. Continuaremos.