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Un año maléfico y cruento

Avatar del Gaitán Villavicencio

"Hay años que siempre recordaremos por algún evento gratificante o vivencia feliz; pero también hay otros que deseamos que no hubiesen existido"

Hay años que siempre recordaremos por algún evento gratificante o vivencia feliz; pero también hay otros que deseamos que no hubiesen existido, dónde se dio la pérdida de algún ser querido o hecho repudiable del cual no queremos acordarnos jamás. El 2020 se alinea en este segundo grupo por todo lo que nos ha sucedido como personas y miembros de una colectividad. Este, aun con la crisis económica que crecía, se avizoraba como un año posiblemente prometedor, pero… se fue imponiendo paulatinamente la pandemia del coronavirus y su enfermedad, la COVID-19. 

La OMS declaró pandemia y todos los gobiernos comenzaron a dictar medidas de confinamiento y restricciones que afectaron la vida social, la economía y la movilidad. Y todo se ha visto afectado; no hay aspecto de la realidad social que no haya sido trastocado o se esté modificando. El gobierno de Moreno se derechizó más y se tornó más ineficiente y neoliberal gracias al endeudamiento con el FMI y al alineamiento con el gobierno de Trump, el más nefasto para EE. UU. y la región en el último siglo, derrotado electoralmente por el pueblo. 

Los efectos económicos de la pandemia agudizaron la situación del país. La crisis se agravó en Ecuador cuándo Guayaquil se convirtió durante marzo y abril en el epicentro de muertos y contagiados por la COVID 19 en la región y el mundo, que hizo saltar por los aires 28 años de gobierno local socialcristiano, que no atinó a dar pie con bola. 

Se calcula extraoficialmente alrededor de 13 mil muertos, cifra reconocida hoy por el GAD Municipal. Las pérdidas económicas siguen siendo astronómicas para la ciudad-puerto y el país. Se considera que hay una involución a niveles económicos y sociales de antes de 1990. Incluso, la crisis fiscal, la debilidad del sistema político y las broncas entre los dos máximos organismos electorales cuestionan la transparencia electoral. La frontera norte hierve, con la ultraderecha al poder nunca habrá paz en Colombia. Solo el desarrollo es convivencia democrática.

Pedimos a nuestros lectores que prioricen la salud y la vida sobre los otros factores, que la pandemia todavía no finaliza.