Francisco Rosales Ramos | Doctrinas jurídicas socialistas

Cada vez más se parece a un gobierno del socialismo del siglo XXI
En su obsesión por acceder y permanecer en la presidencia del gobierno español, pese a las graves acusaciones de corrupción que afectan a Pedro Sánchez y su entorno, ha logrado que ‘su’ Tribunal Constitucional eche al canasto una de las instituciones fundamentales de la democracia: los entes públicos pueden realizar solamente los actos que las leyes expresamente les autorizan.
En efecto, la sentencia dictada por el TC el 26 de junio, con seis votos favorables y cuatro salvados, declara constitucional la Ley de Amnistía que fue presentada e impulsada por el gobierno de Sánchez, creando una innovadora doctrina jurídica: como la constitución no prohíbe expresamente que el Legislativo (las Cortes) pueda aprobar una ley de amnistía, tal instrumento es constitucional.
Esta ley, que cohonesta a los independentistas catalanes actualmente enjuiciados penalmente, es parte del precio que Sánchez se comprometió a pagar a cambio de los siete votos de ese grupo político, indispensables para que no caiga su gobierno.
El magistrado Enrique Arnaldo, en su voto salvado de 63 páginas afirma, entre otros conceptos jurídicos, lo siguiente: “al dictar la Ley Orgánica 1/2024, de amnistía, las Cortes Generales se salen del marco constitucional para asumir una función que no corresponde a su libertad de configuración, que lo es solo dentro de la Constitución. La amnistía supone una excepción a diversos principios constitucionales, como la igualdad ante la ley, la división de poderes y la reserva de jurisdicción, por lo que, para que fuera legítima, sería necesario que, en tanto que tal excepción -la amnistía es una medida excepcionalísima-, estuviera constitucionalmente prevista, lo que no es el caso. Solo mediante una reforma constitucional que les atribuyese la potestad excepcional de decretar amnistías podrían las Cortes aprobar una ley como la impugnada en este recurso”.
En una anterior columna expresé: “Cada vez más se parece a un gobierno del socialismo del siglo XXI”.