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Poniendo al día el cañón

Avatar del Francisco Huerta

Este cañón de futuro, hecho para matar canallas, también tiene que ser cañón del futuro. Uno que permita disparar en ráfaga, por ejemplo y no siempre con ánimo de matar

También para celebrar.

Van, por hoy, tres tiros de prueba.

1) El primero va por Carapaz. Lo tiene muy merecido y entendiendo un poco sus antecedentes se comprenden las declaraciones llegadas desde Tokio, que han escandalizado a los pecadores (por acción o por omisión) dirigentes deportivos. El oro es de Richard y pocos más. Su reciente logro en Japón, después de Italia, España y Francia, tiene un buen número de victorias previas en varios países del continente. Todas a pedaleo propio o con la colaboración de equipos extranjeros de ciclismo. Quiero significar que la queja de Carapaz no se da por la falta de apoyo para competir con éxito en las actuales olimpiadas. Atañe a un proceso crónico, tal cual proceso, desde tempranas edades, tiene que ser el que nos dé nuevos campeones. No se trata solamente de forzar el alto rendimiento. Se dará por añadidura si se comienza desde la escuela.

2) A propósito de procesos, la formación de profesionales vinculados a una alta disciplina tiene alto costo para el Estado. No cabe despilfarrar por tanto, peor en época de crisis, a quienes, por mérito ostentan la condición de oficiales generales en las FF. AA. o en la Policía Nacional. Actuar con ánimo de purga puede hacer que se pierda la posibilidad de seguir contando con oficiales como Víctor Arauz. Este segundo cañonazo va por él. Probado durante el primer año de la pandemia y también durante los todavía no sancionados desmanes de octubre 2019s. Por lo demás, Arauz es el único policía guayaquileño de alto grado.

3) Por último, pero no último. Este disparo va por el profesor Castillo. Campesino de sombrero en ristre. Aún con la competencia de la Sra. Fujimori, expresión pura del populismo, logró un aglutinamiento triunfador, con discurso de campaña que asustaron a muchos peruanos, y por acá también, a quienes temen a la palabra cambio. Su discurso asumiendo la presidencia ha modificado, un tanto, las percepciones. Amanecerá y veremos.