¿Qué pasa con Jaime Vargas?

Avatar del Francisco Huerta

'¿Será voluntad de escandalizar o falta de control?’.

El presidente de la Conaie no es precisamente un modelo de cortesía. Eso le consta al presidente Moreno, quien tuvo que disimular su irritación por las ofensas recibidas en beneficio de la posibilidad de mantener el diálogo y restaurar la paz de la República, luego de los aciagos días de octubre del año recién pasado.

Jaime Vargas gusta de hacer frases altisonantes: “yo mandé a cerrar los pozos petroleros”, por ejemplo. Ahora, según se informa, en Guatemala se ha definido como segundo mandatario del Ecuador, al tenor de un video que está circulando. Al retornar ha ratificado dicha percepción. De lo que se conoce, desde su llegada a ese país centroamericano comenzó a ser hostigado por la Policía, exigiéndole mostrar su pasaporte con amenazas de deportación por no llevarlo con él, y luego acusándolo de hacer trabajo político incitando a la rebelión. “No vamos a permitir que ninguna persona extranjera venga a soliviantar los ánimos de nuestra gente”, ha dicho el presidente guatemalteco Alejandro Giammattei, según TN23.

Valga destacar que Guatemala es una nación sumamente pobre, con altos índices de niños desnutridos (46,5 %). La cifra sube a 58 % si se considera únicamente a los niños indígenas. En esos índices de desnutrición, el Ecuador, en acuerdo con la FAO, ocupa el segundo lugar, con un 23,9 %.

Con seguridad, Jaime Froilán escapó a los efectos de una deficiente alimentación pero, no al humo que llena la cabeza con este o aquel cargo. A mi me parece que si logra adquirir una alta dosis de humildad y asume su presidencia de la Conaie como una enorme responsabilidad y, sin duda, un gran honor, el año que le falta para concluir su periodo pude ser sumamente fructífero.

Ojalá así lo asuma. El Ecuador necesita que sus dirigentes hablen claro y Vargas sabe hacerlo pero, también en ocasiones se le va la lengua y mete la pata, especialmente cuando se asume como presidente de un poder paralelo que existió antes pero no ahora, salvo que el sueño sea reconquistarlo. Yo que miro con simpatía y respeto, por múltiples razones, al movimiento indígena, me permito recomendarle prudencia.