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Esbozo de nuevo proyecto de nación

Avatar del Francisco Huerta

Que vamos a cumplir doscientos años como nación independiente podría ser un buen motivo para aglutinarnos

Lo vengo planteando hace ya cuarenta años. Fundé un partido político cuya mayor aspiración era consolidar una gran minga nacional para hacer una nueva república.

Siendo ministro durante el gobierno de Gustavo Noboa luché por el logro de un Gran Acuerdo Nacional Ecuatoriano (GANE) para avanzar en las transformaciones que le posibilitarían al Ecuador entrar al siglo XXI con posibilidades de superar, entre otros, su crónico subdesarrollo mental, político, empresarial y sindical.

Sin duda, lograr tan alto propósito tiene como requisito ‘sine qua non’ el esfuerzo compartido, la gran minga, el acuerdo nacional, el todos juntos, para viabilizar las transformaciones que hacen falta, garantizando la calidad al gasto público, sin mayores tensiones, casi que por consenso; estableciendo y probando la racionalidad y necesidad de los cambios imperativos para intentar construir una sociedad más justa, menos inequitativa.

Por lo demás, es apenas lógico que despedazándonos los unos a los otros, en el mejor de los casos seguiremos donde estamos y, seguramente, cada vez en peor situación en cuanto a la satisfacción de las necesidades humanas básicas de la mayoría.

En cuanto al subdesarrollo mental, tiene un elevado componente nutricional. Parte en el vientre de las embarazadas subalimentadas, anémicas y poliparasitadas, y continúa en la desnutrición del recién nacido, afectando el desarrollo de su cerebro. Cabe insistir en que el cerebro de un niño bien nutrido pesa el doble que el de otro que no lo ha sido. De esta condición parten los otros subdesarrollos y es fácil colegirlo: incluso unas élites lucidas, que no abundan entre nosotros, poco podrían hacer para cambiar positivamente, sin contar con materia prima de la calidad requerida.

Así las cosas, la actual situación del Ecuador debería ser el factor aglutinante que posibilite el diseño del proyecto de nación que nos está haciendo falta y que para ser tal, debe nacer de un gran consenso nacional, por ahora remoto pero no imposible de lograr.

Que vamos a cumplir doscientos años como nación independiente podría ser un buen motivo para aglutinarnos.