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¡Viva Quito!... Aun sin festejo

Avatar del Francisco Huerta

"La mejor forma de celebrar es realizar algún acto de solidaridad"

¡Qué pena! A Guayaquil le tocó conmemorar doscientos años de su independencia con los festejos a media asta. Se debió evitar aglomeraciones para no repetir los sufrimientos de meses pasados.

Ahora, en la hermosa capital de los ecuatorianos deben extremarse los cuidados. Sería horrendo que por festejar en las calles se llenen de luto las Navidades y el fin de año. Está probado que las aglomeraciones son un factor real de contagio y no cabe correr riesgos que agraven una situación en algo controlada en lo sanitario pero, factible de un rebrote si se baja la guardia.

El asunto es de tal naturaleza que si ocurre, pondría en riesgo las elecciones, de por sí ya sometidas a un fuerte ausentismo dado el poco entusiasmo generado por la mayoría de los candidatos y, obviamente, el miedo a contraer la COVID-19.

En todo caso, ahorremos pronósticos sombríos y empecemos a diseñar las medidas de bioseguridad requeridas para garantizar a los ciudadanos una adecuada protección.

Para volver a ilusionar al electorado será adecuado organizar unos espléndidos debates, permitiendo que brillen la inteligencia y el civismo, y que los pobladores recuperen la esperanza de mejores días. No hay peor cosa para un pueblo noble como el ecuatoriano que vivir sometido a una larga desesperanza, que así se llama al no tener optimismo del porvenir. Y tal estado sicológico se revela en todas las encuestas. Y en la expresión de ese sentimiento no hay manipulación tipo voto vergonzante o voto oculto.

Además, ¿cómo no va a existir desánimo con los niveles del desempleo que, bien se sabe, se van a mantener creciendo incluso hasta bien entrado el 2021.

Ojalá, a la par que con las medidas de reactivación que hasta ahora no han sido tomadas, se den, concurrentemente, humanas manifestaciones de solidaridad. Edificante sería observar que se montan comedores públicos o se robustecen los que existen por cuenta de alguno de los aspirantes a ser gobierno. La experiencia histórica ha dejado saber que el hambre es mala consejera y en el Ecuador de nuestros días hay gente que no tiene para comer. Han crecido los mendigos.