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Gracias Estados Unidos

Avatar del Francisco Huerta

"Aprovecho este domingo 4 de Julio para disparar una salva en homenaje a una fecha gloriosa de la humanidad"

Me parece que la mejor manera de conmemorar la enorme fecha que es el 4 de Julio es diciéndole gracias al pueblo de los Estados Unidos de América, a su presidente y a su embajador en el Ecuador. (Y al nuestro, que hizo gestiones allá apoyado por su embajadora).

Me resulta placentero además, tener motivos de gratitud: la donación de dos millones de vacunas amerita explicitarla.

Qué bueno que los Estados Unidos, que con otros países e instituciones ha planteado levantar la patente de las vacunas para facilitar su producción en masa, tenga una visión clara respecto a que a las pandemias hay que combatirlas con un esfuerzo común, dado que el contagio es un peligro latente si quedan poblaciones sin protección y, peor todavía, cuando se enfrenta a un virus que muta y puede inutilizar el efecto protector de la generación de anticuerpos.

Por lo demás, qué enorme tragedia la del edificio que colapsó en Florida. Mantenimiento es una palabra que debería tener connotaciones de sagrada. Vayan mis sentimientos de pesar a los que ahora sufren en angustiosa espera, al menos rescatar los cuerpos de sus parientes y amigos fallecidos.

Y volviendo al acontecimiento de 1776, qué grandes patriotas eran los que hicieron la Revolución americana. Buena parte de ellos distinguidos masones, como Jefferson, Washington o Franklin. Creían sincera y profundamente en el valor de la libertad, en la importancia de la unidad y el trabajo. Sembraron una semilla que ha fructificado con esplendor, a lo largo y ancho del planeta, aunque a veces produce frutos aberrantes.

Ojalá este 4 de Julio inspire el renacimiento de la idea democrática, tan decaída en estos tiempos, tan ultrajada por los oportunistas que la levantan como bandera para ocultar sus trafasías. Mal se hace en designar con su nombre a regímenes que la degradan cuando olvidan el servicio a las primordiales necesidades populares en que deberían sustentarla.

A la democracia hay que devolverle su antiguo prestigio cumpliendo con los pueblos, manteniendo sus libertades pero también su dignidad.