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El primer arquitecto de Guayaquil

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Ha sido uno de los arquitectos más prolíficos de la historia de Guayaquil. En 1989 se retiró de la actividad profesional. Falleció el 12 de diciembre de 2011

El 19 de septiembre de 1938, hace 83 años, obtuvo los títulos de arquitecto y de ingeniero civil Héctor Augusto Martínez Torres, luego de sustentar su tesis Teatro Municipal de Guayaquil. De esa manera se convirtió en el primer arquitecto que obtenía un título académico en Guayaquil y en el Ecuador.

Martínez Torres nació en Guayaquil el 30 de octubre de 1910; era bisnieto del maestro carpintero Juan María Martínez Coello, nieto de Tomás Martínez e hijo del expresidente Juan de Dios Martínez Mera. En 1930 ingresó a estudiar arquitectura en la Escuela de la Universidad de Guayaquil fundada por el arquitecto Francesco Maccaferri, donde ocho años más tarde se graduó.

Entre 1932 y 1933 trabajó para la compañía J. G. White & Co. en el saneamiento de la ciudad, en 1934 como residente de obra de la construcción del puente 5 de Junio y entre 1935 y 1937 como diseñador para la Compañía Italiana de Construcciones. En 1938 asumió el cargo de subgerente del Departamento Técnico de la Compañía General de Construcciones hasta el año 1940, donde proyectó los edificios Marcet, Tosi y el Palacio Municipal de Babahoyo.

Entre 1939 y 1968 fue profesor de la facultad de Ciencias Matemáticas y Físicas de la Universidad de Guayaquil, donde fue decano en 1944. En 1940 fundó su propia firma de construcción. En 1944 fue elegido concejal de Guayaquil. Ese mismo año viajó a Londres, donde realizó un posgrado en Planificación Urbana. A su regreso en 1945, introdujo el concepto de vivienda social en las Casas Colectivas de la calle Gómez Rendón. Entre 1949 y 1969 fue director técnico de la Ciudadela Universitaria de Guayaquil y entre 1946 y 1973 proyectista y director técnico del Cementerio General de Guayaquil.

Fue autor de numerosos proyectos y construcciones en el Barrio del Centenario y en las nuevas zonas residenciales de Guayaquil de mediados de los cincuenta, sobre todo en Urdesa, Miraflores y Los Ceibos. Ha sido uno de los arquitectos más prolíficos de la historia de Guayaquil. En 1989 se retiró de la actividad profesional. Falleció el 12 de diciembre de 2011.