Premium

Entre el orden y el caos

Avatar del Florencio Compte

Al final de cuentas, ¿nuestro mundo es ordenado o caótico?

Las concepciones míticas plantean la visión de un mundo regido por un orden divino, eterno e inmutable, surgido a partir de un caos primigenio que sucumbe ante la supremacía de un poder superior que viene a imponer leyes que expliquen lo establecido y lo venidero.

La idea de orden viene de la antigüedad clásica, cuando este significaba el regirse a una serie de reglas prefijadas, existentes en la naturaleza, que se debían interpretar como una forma de reflejo de la divinidad, que era, a la vez, la imagen por alcanzar mediante la observación del sistema natural.

Desde Copérnico, Galileo y Newton, en cambio, se desarrolló una visión del cosmos a partir de un orden dinámico, no obstante, hoy, de esa visión de un mundo en armonía se ha pasado a la necesidad de comprender un modelo de universo, en gran medida, fruto del azar y de la incertidumbre.

Ya en el siglo XX, la visión de Einstein de un mundo en movimiento en el que cualquier visión dependía de la posición relativa del observador condujo a la necesidad de replantear esta visión de un orden estático, absoluto y determinista por un nuevo orden relativo. El matemático Ilya Prigogine sostuvo, por su parte, que la visión newtoniana de un mundo sometido a reglas previsibles e inmutables no posee ninguna base científica, que todo es fruto del azar y de la suma de circunstancias inciertas. Más allá llegó Stephen Hawking al sostener la imposibilidad de encontrar una gran teoría unificada que pudiera explicar todos los fenómenos de la naturaleza, más allá de su escala.

Lo que los mitos trataban de descifrar en la antigüedad con respecto al origen y fin del universo, hoy la ciencia lo incorpora como un factor presente en todos los hechos cotidianos: hay una necesidad de comprender lo imprevisible y de encontrar patrones en lo complejo, aleatorio e inesperado, mediante modelos matemáticos que permitan desentrañar ese orden oculto y, aparentemente, imprevisible. De ello hablan el efecto mariposa, el principio de incertidumbre y la teoría del caos. Al final de cuentas, ¿nuestro mundo es ordenado o caótico?