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Ecuador: fundarlo y refundarlo

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"Pero ¿aún importa la patria? Al parecer hay términos y conceptos que se ponen de moda y otros que quedan en desuso..."

El día de hoy se conmemoran ciento noventa y un años del nacimiento de la República del Ecuador. Una fecha que suele pasar desapercibida y que pocos recuerdan. El hecho histórico es que el 13 de mayo de 1830 nos separamos oficialmente de la Gran Colombia y se dio inicio al proceso de constitución de un país independiente que se daría de manera definitiva con la promulgación de la Primera Constitución del la República del Ecuador el 24 de septiembre de 1830 por parte de la Asamblea Constituyente reunida en Riobamba. Esta, además, ratificó al general venezolano Juan José Flores y Aramburu como primer presidente del naciente país. ¿Es la única fundación del país? Obviamente que sí, aunque para algunos políticos hace falta volverlo a fundar cada vez que asumen el poder. Más de uno basaba su plan de gobierno en la necesidad de “refundar” la patria a través de una Asamblea Constituyente y la promulgación de una nueva (otra más) constitución a su medida.

Pero ¿aún importa la patria? Al parecer hay términos y conceptos que se ponen de moda y otros que quedan en desuso, sin embargo, todos sabemos que el uso de una palabra o su ausencia puede tener también más de una lectura. Al revisar los planes de gobierno de los dos candidatos finalistas resulta significativo las veces que se repiten ciertas palabras. Por ejemplo, en el plan de gobierno de Guillermo Lasso la palabra país aparece repetida 173 veces, mientras en el de Andrés Arauz solo 24 veces. El programa de Lasso menciona al Estado 83 veces, Arauz solo lo hace 15 veces. Lo mismo sucede con palabras como República, usada por Lasso cuatro veces y solo una por Arauz; democracia, Lasso la usa 8 veces y Arauz 18; y la palabra libertad, usada por Lasso 29 veces y apenas cuatro veces por Arauz. Curiosamente, ninguno de los dos programas utiliza la palabra patria.

Lo que importa es que no es necesario refundar el país cada cuatro años, sino, al contrario, ofrecer estabilidad y respeto a las instituciones democráticas. Próximos a dar inicio a un nuevo gobierno démosle la oportunidad a que lo haga.