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Día Mundial de la Unesco

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Por consiguiente, la Unesco puede y debe participar plenamente en un orden mundial basado en el multilateralismo y los valores humanistas”

El 4 de noviembre de cada año se celebra el Día de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), creada al finalizar la II Guerra Mundial, con la finalidad de restablecer los sistemas educativos y culturales de los países que habían sido impactados por la guerra y contribuir a formar una cultura de la paz. Entre sus áreas actuales de competencia están la educación, la cultura, las ciencias naturales, las ciencias humanas y sociales, la comunicación y la información.

En noviembre de 1945, 37 países aprobaron la fundación de la Unesco, cuyo documento de constitución entró en vigor a partir del 4 de noviembre del año siguiente. El 22 de enero de 1947, durante la presidencia de José María Velasco Ibarra, el Ecuador ingresó como Estado Miembro. Hoy la Unesco cuenta con 193 Estados Miembros y 11 Miembros Asociados, cada uno de ellos con comisiones nacionales y muchos con delegaciones permanentes ante la sede del organismo en París.

Nuestro país ha participado activamente en este organismo y muchos de sus monumentos naturales y construidos han sido incluidos en las listas de su patrimonio de la humanidad, como las ciudades de Quito y Cuenca o las Islas Galápagos, el Parque Nacional Sangay, el Qhapaq Ñan o Camino del Inca, el tejido del sombrero de paja toquilla, la música de la marimba, y las manifestaciones y patrimonio oral del pueblo Zápara.

En este mes terminará el período de cuatro años su actual directora, la francesa Audrey Azoulay, quien fue ministra de Cultura de su país entre los años 2016 y 2017. Su mandato se ha caracterizado por el impulso al diálogo intercultural e intergeneracional para promover la educación para todos y la difusión del conocimiento científico y cultural. Indica Azoulay, “ninguno de los grandes desafíos del mundo actual puede ser resuelto por un solo país y sin apoyarse en pilares fundamentales como la ciencia, la educación y la cultura. Por consiguiente, la Unesco puede y debe participar plenamente en un orden mundial basado en el multilateralismo y los valores humanistas”.