Ciudad y enfoque de género

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Se insiste en la necesidad de construir ciudades seguras, donde hombres y mujeres puedan conciliar la distribución del trabajo...

Si bien la urbanización puede ser uno de los más importantes motores de desarrollo ya que permite crear oportunidades para mejorar las condiciones de vida de los habitantes, puede proporcionar una vía para salir de la pobreza, además de funcionar como motor del crecimiento económico, la creciente desigualdad y la exclusión en las ciudades pueden afectar estos avances.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 llama a lograr ciudades que sean “inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles”, así también el Banco Mundial, que plantea como objetivos el poner fin a la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida, coloca el tema de la inclusión en un lugar central para poder conseguirlos.

Se establece que una ciudad debe ser hecha para todos y construida por todos, esto es, una ciudad con acceso a los recursos, bienes y servicios para todas las franjas de población y, también, el proporcionar a los ciudadanos mecanismos reales y efectivos para que puedan participar en las decisiones sobre sus derechos, necesidades, intereses y en la configuración de su hábitat.

Entre los factores a considerar en la planificación de una ciudad está el enfoque de género; ¿esto qué significa? Se plantea la necesidad de desarrollar políticas urbanas con perspectivas de género en todas las fases del proceso urbanístico, desde el diseño, la participación, la planificación y la ejecución, con intervenciones que van desde cambios pequeños y de escasa dificultad, hasta actuaciones más complejas, que afecten a distintas escalas: la vivienda, el barrio, la ciudad y el territorio, y que se materialicen, por ejemplo, en el diseño de espacios públicos seguros, con facilidades de acceso, bien iluminados, y que en general considere las necesidades de las mujeres, lo que finalmente repercutirá en beneficio de toda la población. 

Se insiste en la necesidad de construir ciudades seguras, donde hombres y mujeres puedan conciliar la distribución del trabajo y el cuidado de las personas dependientes. 

Como indica la arquitecta Zaida Muxí: “Una ciudad con perspectiva de género piensa en todos”.