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91 años después

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Hoy, 91 años después, recordamos ese hecho con nostalgia y esperanza

Los desastres han afectado a la humanidad desde sus orígenes, tanto por acción de la naturaleza como por acción humana. Mientras se considera que un desastre es una situación de daño que altera la estabilidad de un ecosistema, una catástrofe es una alteración grave que se presenta en las personas, sus bienes, servicios, infraestructura o en el medio ambiente en que viven, provocadas por algún evento natural o generado por el ser humano.

Sea cual haya sido el origen de la actual pandemia que venimos soportando desde hace más de año y medio, por la magnitud de su afectación es considerada una catástrofe. La palabra pandemia proviene del griego epi, que significa “por sobre” y demos, “pueblo”, por lo que sirve para definir cuando una enfermedad afecta a un número de individuos superior al esperado en una población durante un tiempo determinado.

Históricamente Guayaquil ha sido afectada por algunos brotes epidémicos que provocaron la muerte de un gran número de personas. Entre las principales están la influenza o gripe común, el paludismo, la fiebre amarilla, la leptospirosis, la peste bubónica, el sarampión, la viruela y el cólera.

El 22 de mayo de 1929 la Oficina Sanitaria Panamericana declaraba que se había presentado el último caso de fiebre amarilla en la ciudad de Guayaquil y un año más tarde era erradicada la peste bubónica, que había causado estragos desde 1908, por lo que el 30 de septiembre de 1930, Francisco Boloña, ministro de Previsión Social y Sanidad e Higiene, declaraba públicamente que “el Puerto de Guayaquil es y debe ser considerado Puerto Limpio de la Clase A, de acuerdo con los requisitos y las prescripciones del tratado sanitario conocido con el nombre de Código Sanitario Panamericano”, debido a que “no existe en el citado puerto, ni en los pueblos vecinos, ningún caso de peste bubónica, cólera, fiebre amarilla, tifus exantemático, ni ninguna otra enfermedad contagiosa en forma epidémica grave susceptible de ser transportada mediante el comercio internacional”. Hoy, 91 años después, recordamos ese hecho con nostalgia y esperanza.