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Florencio Compte: Pruitt-Igoe y Socio Vivienda

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Graves errores que han acarreado su fracaso: el haber obligado y trasladado a un sector de la población

El 16 de marzo de 1972 en la ciudad de San Luis, Missouri, se inició la demolición de 33 bloques del conjunto de edificios de departamentos Pruitt-Igoe que habían sido diseñados por el arquitecto japonés Minoru Yamasaki y construidos entre 1954 y 1955.

Estos edificios, que habían sido alabados y premiados por el Instituto Norteamericano de Arquitectos, fueron condenados a su destrucción al haberse comprobado que tenían un índice de criminalidad y segregación superior al de otras urbanizaciones sociales, además de que eran sujetos de frecuente vandalismo. Se lo acusaba también de contar con escasos espacios públicos y zonas de juego, además de que sus largos corredores eran lugares utilizados para asaltos. Su destrucción generó un amplio debate en los Estados Unidos sobre las políticas públicas y el diseño de vivienda social.

Años después, y ya en Guayaquil, otro proyectos de vivienda social es nuevamente objeto de controversia por sus altos índices de delincuencia y peligrosidad y por haber sido el escenario de una de las peores masacres en la historia del Ecuador: el complejo Socio Vivienda (sobre todo la etapa 2), que fue parte del proyecto Guayaquil Ecológico desarrollado por el gobierno del presidente Rafael Correa con el fin de recuperar varios ramales del estero Salado al desalojar a los habitantes que ocupaban sus cursos y reubicarlos en esa nueva urbanización. Hoy, muchos de sus residentes originales han abandonado sus viviendas ante el riesgo que significa vivir en medio del enfrentamiento de grupos criminales.

Tanto Pruitt-Igoe, en San Luis, como Socio Vivienda, en Guayaquil, son ejemplos de dos graves errores que han acarreado su fracaso: el haber obligado y trasladado a un sector de la población y, el segundo, ligado con el anterior, que vayan a residir a un lugar alejado y desconectado de la ciudad, sin espacios públicos, ni servicios adecuados, sin oportunidades para los jóvenes y en viviendas inadeacuadas. Ambos ponen en evidencia la mala concepción de las políticas públicas de vivienda social y los malos diseños de los proyectos.