Premium

Florencio Compte: El origen de los barrios de Guayaquil

Avatar del Florencio Compte

El crecimiento poblacional y urbano acelerado a partir de la década de 1930 dio lugar a la formación de nuevos barrios

A finales del siglo XVIII la ciudad de Santiago de Guayaquil estaba dividida en seis barrios claramente diferenciados: la Ciudad Nueva, la Ciudad Vieja, el barrio del Puente, el barrio del Bajo, el barrio del Astillero y el barrio Las Peñas, además del área de balsas-vivienda a la orilla del río Guayas. Cada uno de ellos representaba entidades sociales y económicas, cuya estratificación se representaba espacialmente en la “jerarquización lineal” de las manzanas desde el malecón hacia el interior: desde los comercios y servicios exclusivos de la burguesía a las actividades de los barrios de las clases bajas.

El crecimiento poblacional y urbano acelerado a partir de la década de 1930 dio lugar a la formación de nuevos barrios fácilmente identificables: los barrios históricos multifuncionales y los barrios monofuncionales, exclusivamente residenciales, categorizados por estrato social, a partir del costo del suelo, y por su ubicación geográfica.

En contraposición con la estructura suburbana del Barrio del Centenario -primer barrio planificado del sur de la ciudad-, las manzanas del centro de Guayaquil seguían representando un modelo densamente construido y funcionalmente diversificado con múltiples usos, de construcciones mayoritariamente mixtas, con patios interiores, tragaluces y soportales perimetrales.

A principios de la década de 1930 se inició el proceso de tugurización del área central y la segregación residencial, mediante instrumentos legales con los cuales, no se planificó un crecimiento lógico y equitativo de la ciudad, sino que se fomentó un proceso de revalorización de ciertas áreas urbanas fomentando la ocupación ilegal por parte de los inmigrantes de terrenos periféricos -muchos de ellos municipales- sin servicios. Entre 1900 y 1940, se produjo el cambio de la estructura espacial que pasó a convertir a Guayaquil de un puerto de exportación cacaotera y de importación de productos europeos regido por el liberalismo triunfante de la burguesía, a una metrópolis compleja que debió a empezar a afrontar los problemas de la ciudad moderna.