Fernando Insua Romero: El lado correcto de la historia

Esta gira es una buena noticia en las horas amargas que nos toca vivir como pueblo
La gira internacional del presidente Noboa, cuya parte medular se desarrolló en Medio Oriente, ha sido mucho más que una serie de encuentros diplomáticos: es un mensaje claro. Ecuador busca combatir al crimen organizado con aliados que saben lo que es enfrentar al terrorismo sin ambigüedades ni romanticismos ideológicos.
La reunión con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, marca un giro necesario en la política exterior del país: reconocer que la lucha contra redes transnacionales del crimen requiere experiencia, inteligencia y decisión. Israel es un Estado que ha sobrevivido a décadas de ataques y amenazas de grupos como Hamás o Hezbolá.
Su experiencia en tecnología de seguridad, control fronterizo, ciberdefensa y contrainteligencia no puede ser ignorada por prejuicios ideológicos que ciertos sectores siguen sosteniendo. No es casual que otros países árabes -también visitados por Noboa en su gira- como Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita mantengan hoy relaciones pragmáticas y estratégicas con Israel, cooperando cada vez más en inteligencia y defensa contra el extremismo islámico que se financia con todo tipo de delitos (grupos que actúan fuera de sus regiones de influencia e incluso usan a Ecuador como país de paso y base operativa).
Mientras algunos sectores políticos ecuatorianos siguen idealizando a regímenes como el venezolano, que convive con el Tren de Aragua, o creen que se puede combatir al crimen consultando a Irán -patrocinador de Hezbolá, Hamás y los hutíes de Yemen-, el Gobierno ha optado por acercarse a quienes enfrentan realmente estas amenazas. ¿Qué lecciones vamos a recibir de México, donde las bandas armadas dominan más territorio que el Estado?
Ecuador tiene derecho a elegir con quién caminar y cómo defender su democracia, su orden y su gente. El crimen no se derrota con simpatías hacia causas que esconden autoritarismo y violencia, sino con alianzas claras y valentía política.
Esta gira es una buena noticia en las horas amargas que nos toca vivir como pueblo. El que ahora estemos del lado correcto de la historia no debe desperdiciarse: es una oportunidad política para allanar el camino hacia la pacificación del país.