Memoria electorera

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"...al parecer la suerte ya está echada, aunque es posible que aparezca una nueva sorpresa. Ello, sobre todo, porque la Fiscalía y la Contraloría han intervenido en el CNE para auditar el sistema informático"

Los trajines, reclamos y el suspenso que han sucedido en el actual proceso electoral también tuvieron lugar en las elecciones de mediados del siglo pasado, en 1956, al final del tercer velasquismo, cuando se acusó a los vocales del Tribunal Supremo Electoral (el CNE de entonces) de haber favorecido al candidato de la derecha, Camilo Ponce (fundador del PSC) y de haberle dado el triunfo por un estrecho margen de votos (cuando el proceso comicial se cumplía en una sola vuelta) sobre su rival, el candidato del Frente Democrático Nacional, el liberal Raúl Clemente Huerta, luego de contabilizar y sumar unos misteriosos y oportunos sufragios que llegaron de repente de una parroquia lojana. En tales comicios participaron también Carlos Guevara Moreno, un poderoso populista de entonces, que a pesar de su enorme poder electoral en Guayaquil y Guayas y de su famoso “pacto con los caciques de la costa”, se ubicó en tercer lugar, y José Ricardo Chiriboga Villagómez (Pepe Chiri, como lo llamaba el vulgo para simplificar) candidato en lista que restó los votos no derechistas que necesitaba el FDN para salir triunfante.

Y bien, 61 años después de acontecido aquello, con la mayoría de sus personajes ya desaparecidos, tiene lugar otro proceso electoral que se sale de lo corriente por varias razones. Y que, incluso ha puesto a caminar nada menos que desde Loja a Quito, durante una semana, a un nutrido ejército de indígenas que marcharon hacia la capital para exigir la revisión de los escrutinios, comandados por el candidato Yaku Pérez de Pachakutik, que ha perdido la posibilidad de entrar en el “balotaje” luego de que el CNE proclamara el pasado domingo, en forma oficial, el resultado de las elecciones, y anunciara que Arauz y Lasso son los finalistas.

Sin embargo de que algunos insisten en la posibilidad de hacer impugnaciones ante inconsistencias de las actas, al parecer la suerte ya está echada, aunque es posible que aparezca una nueva sorpresa. Ello, sobre todo, porque la Fiscalía y la Contraloría han intervenido en el CNE para auditar el sistema informático para detectar las posibles irregularidades que han sido denunciados por la parte perdedora. Finalmente, una pregunta: ¿a favor de quién votará la población indígena entre los dos candidatos que han sido rechazados por su líder?