El SRI presenta en su página web las cifras de ventas y exportaciones históricas.

Del 2017 a 2023, el crecimiento promedio anual de las Ventas con IVA es apenas 3,2 %, mientras que las Ventas que no tienen IVA crecieron a un mayor ritmo, llegando al 6,2 % en ese período de tiempo. Ese distinto crecimiento entre las ventas ha permitido que el peso de aquellas con IVA caiga del 65 % en 2017 al 61 % en 2023.

Puesto de otro modo, las ventas con IVA en 2017 representaron 84 % más que las ventas sin IVA. En el 2019 con IVA se vendió 75 % más que sin IVA y en el año 2023, por la marcada tendencia declinante, las ventas con IVA solo superaron en 50 % a las ventas sin IVA.

El año de la pandemia, sumadas las ventas y exportaciones, cayeron 15,2 %. El rebote del 2021 fue buenísimo, con crecimiento de 22,5 % y el 2022 mantuvo la racha al crecer 14,8 %. En 2023 el crecimiento de ventas y exportaciones solo fue 2,6 %.

Lo anterior va señalando la dificultad que tienen las ventas para crecer y aun antes de que suba el IVA del 12 al 15 %, es clara la orientación del consumo hacia productos libres de IVA, que forman la parte mayoritaria de la canasta básica, y a partir de abril podría marcarse con mayor claridad.

¿Cómo arrancamos el 2024 visto a través de Ventas y Exportaciones? En el mes de enero de 2024 las ventas que pagan IVA caen 6,8 %, aquellas sin IVA también caen, pero solo 1 %. Cuando se juntan las exportaciones, que crecieron 6,3 %, en conjunto cae 2,97 % el primer mes del 2024 comparado con el año anterior.

Y para ubicarnos con mejor contexto, del 2022 al 2023, en el primer mes del año, para ventas con IVA, sin IVA y exportaciones, el crecimiento fue 13,1 %, 7 % y 6,6 % respectivamente. En conjunto las Ventas y Exportaciones registraron un crecimiento de 10 %.

Poco alentador para el resto del año haciendo una incompleta extrapolación: si en el 2023 las ventas totales y exportaciones solo crecieron 2,6 %, habiendo tenido en enero un 10 % mayor a su año previo, ¿cómo nos irá en el 2024, si el primer mes cae 2,97 %?

Tenemos tres trimestres por delante para ir escribiendo la historia, pero muy poco para cambiarla drásticamente por lo complejo del impacto del IVA, potencial revisión de precio de combustibles y el arranque de año electoral. La seguridad entra también en la ecuación, un entorno con mayor tranquilidad podría ayudar a incrementar la actividad económica. Una más oportuna inyección de recursos a la economía la dinamizaría. Una mejor comunicación de los planes es básico para que se vayan formando mejores expectativas para los próximos meses. El arranque del año en las ventas claramente no es para aplauso, como tampoco lo fue en el crecimiento de depósitos o cartera bancaria, o la parte fiscal, en especial el financiamiento.

El Gobierno cosecha su buena decisión en el tema del conflicto armado interno y, como si fuera propio, el avance en la valiente lucha de la fiscal Salazar.

Necesita presentar otras buenas noticias en el campo del empleo -ojalá con cifras oficiales-, en el manejo de atrasos de años anteriores, en la mejora de la producción petrolera o el tratamiento al desmantelamiento del bloque 43.

Faltan cuatro semanas para la Consulta y en temas electorales no hay cómo confiarse.