‘Crowdfunding’

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'La regulación se refiere a los intermediarios que conectan, mediante plataformas de Internet, a quienes requieren capital para un determinado proyecto, de un lado, con potenciales inversores, de otro’.

Entre lo no objetado por el presidente Moreno al proyecto de ley de “emprendimiento e innovación” está el capítulo sobre los fondos colaborativos, o 'crowdfunding' (arts. del 32 al 43). Por tanto, está próximo a entrar en vigencia, en la versión que originalmente aprobó la Asamblea.

La regulación se refiere a los intermediarios que conectan, mediante plataformas de Internet, a quienes requieren capital para un determinado proyecto, de un lado, con potenciales inversores, de otro. La inversión, en general, puede ser de riesgo (capital) o financiera (préstamos).

No lo dice (expresamente) el texto aprobado, pero el sistema está pensado partiendo de que los intermediarios que manejan las plataformas no asumen responsabilidad por el eventual fracaso del proyecto en el que los inversores ponen dinero. Sin embargo el tema es visible cuando, luego de imponérseles la obligación de clasificar a los proyectos que suben a sus plataformas “a partir de un análisis objetivo de la información suministrada por los promotores”, se agrega que esa clasificación “en ningún caso implica la calificación de los riesgos asociados, ni la emisión de una opinión o el aseguramiento de obtención de rentabilidades para los inversores” (art. 40).

Bien entendido debe quedar, en todo caso, que la irresponsabilidad de los intermediarios por el fracaso de los proyectos está atada con el cumplimiento de deberes previos. Como la futura ley condiciona la entrega de los fondos aportados por los inversores a que “se verifique el cumplimiento de las condiciones del proyecto” (art. 43), y tal verificación es carga del intermediario -al extremo que es este quien ordena, a los bancos depositarios, la transferencia de los fondos al proyecto-, la omisión de esos deberes genera al menos la obligación de indemnizar.

En fin: es una regulación importante, que pone al país a tono con los avances comerciales y tecnológicos de la época. Consejo de viejo: cuidado con los inmarcesibles captadores ilegales de dinero que intenten parapetarse, tras estos mecanismos, con siempre “ingeniosas” simulaciones.