Tal parece que al Gobierno la racha ganadora se le está yendo. Los presos del caso Odebrecht, Arroz Verde y demás pillerías en la década pasada, libres, sin devolver lo robado; tramas de corrupción que involucran a funcionarios del Gobierno del exencuentro; el narcotráfico haciendo metástasis en el país, incluidos candidatos de elección popular. Los resultados electorales son de pronóstico reservado para el partido de gobierno, con una consulta popular dentro de una complicada coyuntura para el Ejecutivo. Y como muestra irrefutable de que el poder es efímero, al fin, una Corte Constitucional, bien parada, decide actuar para poner orden dentro del Consejo de la Judicatura y el CPCCS. ¡Chao manipulación! Hasta aquí llegaron con las burdas equivocaciones en las ternas y dilación en las nominaciones de autoridades, que en todo momento estuvieron acompañadas de sonados rumores de tráfico de influencias por parte del Ejecutivo.

Ahora solo nos resta soñar que la Corte Constitucional, con la misma firmeza con la que destituyó a los audaces consejeros, ponga fin a la prostitución y abuso de las garantías jurisdiccionales, pues como bien dijo el presidente de la Judicatura, “no toda sentencia de los jueces se debe cumplir, porque no todas son orden legitima de autoridad competente”. La norma es clara, “será competente el juez del lugar en donde se origina el acto u omisión”, y el “juez incompetente en razón del territorio, inadmitirá la acción en su primera providencia”, so pena de incurrir en un error inexcusable. Basta de jueces incompetentes y de abogados pillos, es hora de que la Corte Constitucional se pronuncie sancionando a estos mercaderes de la justicia.

Por ahora, lo que le queda al solitario Ejecutivo es ganar su consulta popular este domingo, para montarse en el discurso triunfalista de que el logro obtenido se dio por haber contado con el apoyo mayoritario de la ciudadanía. Sin embargo, al día siguiente todo seguirá igual, la misma corrupción, inseguridad, delincuencia y nadie extraditado. Será la misma jeringa con diferente bitoque.