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Sálvese quien pueda

Avatar del Diana Acosta

Exigimos un experto en seguridad, que prepare un Plan para frenar este baño de sangre que vivimos a diario los ecuatorianos

En lo personal, como ciudadana, pienso que el porte de armas es una medida disuasiva ante la delincuencia, de ninguna manera en concordancia con el criterio del presidente, cuando afirma equivocadamente que esta es “una guerra entre ustedes y los delincuentes”. Es claro, que él piensa que si queremos defendernos de la delincuencia tenemos que armarnos, porque el gobierno no es capaz de protegernos. Nada más equivocado para justificar el decreto para el porte y tenencia de armas.

Como docente universitaria, me preocupa pensar que los estudiantes puedan entrar armados al alma máter, eludiendo todo tipo de controles y prohibiciones y, por tal razón, la academia a nivel nacional ya se ha pronunciado contundentemente sobre la decisión del gobierno.

En lo político este desesperado anuncio del ejecutivo es un claro reconocimiento de su incapacidad para dotarnos de seguridad a la sociedad, pretendiendo desplazar su responsabilidad a los ciudadanos, enviándonos un mensaje de “Sálvese quien pueda y cómo pueda”.

¿Y el ministro de Seguridad? ¿A qué se dedica? No existe una política criminal, la administración de las cárceles está en manos de grupos delincuenciales, quienes ejecutan a discreción, dentro y fuera de sus dominios.

La inoperancia de un Estado en dar solución al problema de la inseguridad los ha llevado a adoptar medidas propias del populismo penal, conminando a los ciudadanos a que solucionen este problema, “su problema”, a título personal.

Resulta inaudito que el presidente no se entere que su Ministro de Seguridad ha fallado a todas luces, por inexperto, negligente e incompetente.

Exigimos un experto en seguridad, que prepare un Plan para frenar este baño de sangre que vivimos a diario los ecuatorianos y no continuar de rodillas ante la delincuencia.

El contundente fracaso en materia de seguridad exige de manera urgente un cambio del titular de esa cartera de estado, en respuesta a los ecuatorianos. No basta armarnos para defendernos de la delincuencia; la absurda conclusión del ejecutivo de “Sálvese quien pueda y cómo pueda” es despreciable.