Columnas

‘Novo’ colonialismo

'Cada vez nos acercamos más al mundo, abandonando la vieja práctica correísta de manejar las relaciones internacionales de nuestro país bajo posiciones políticas radicales'.

El colonialismo es el sistema por el cual un país toma el control de un territorio mediante la fuerza militar y somete a sus habitantes para volverlos dependientes de sus designios.

Siglos atrás los grandes imperios colonizaban amplias geografías del mundo mediante la invasión y dominación militar de quienes los ocuparan, para mediante la fuerza, subyugarlos y ponerlos a sus servicios.

En el mundo actual no hay cabida para este tipo de colonialismos, cualquier forma de aplicación de la fuerza para tomar control de otro país, recibiría un abrumador rechazo internacional.

Ahora se habla del ‘novo’ colonialismo, como la forma moderna de tomar control sobre otros países. Las potencias que buscan su predominio en determinadas áreas de la geografía mundial echan sus raíces mediante la concesión de importantes créditos, asesoramiento político y militar, ayuda médica y otro tipo de colaboración para provocar la dependencia de los beneficiados.

En el continente americano vemos claramente instituida esta figura en países como Venezuela, Cuba y Nicaragua, donde es evidente el apoyo directo de Rusia, en contrapeso a la incidencia que ejerce en la región Estados Unidos de América.

En nuestro país, durante la década perdida se abrió la puerta a financiamientos abultados de China junto a equipamiento militar de escuálida calidad, generando gran dependencia con la potencia asiática. El gobierno actual está tocando puertas y abriendo nuevas fuentes de financiamiento que le permitan reconformar la distribución de los préstamos para reducir la proporción de los créditos chinos sobre el total de la deuda externa.

Cada vez nos acercamos más al mundo, abandonando la vieja práctica correísta de manejar las relaciones internacionales de nuestro país bajo posiciones políticas radicales arropadas con el paraguas del novelero socialismo del siglo XXI.

Bien por la apertura del Ecuador, eso es lo que necesitamos cuando las oportunidades para desarrollarnos se basan en derrumbar las barreras levantadas para impedir la generación de riqueza. ¡Bienvenido mundo libre!