Mujeres al poder
La Asamblea Nacional tenía esta deuda pendiente con la Constitución y las mujeres de nuestro país.
Históricamente han tratado de relegar a la mujer, tratándola como un ser débil e inferior, únicamente por su condición de tal. Era común y natural observar cómo los puestos de poder a nivel mundial, eran reservados para los hombres.
Las políticas de acción afirmativa adoptadas en diferentes países han ayudado a menguar los mamporros del machismo; sin embargo, en el Ecuador estas no han sido suficientes, pues los espacios de poder siguen siendo copados predominantemente por hombres, a pesar de que nuestra Constitución es clara al respecto y garantiza que “El Estado formulará y ejecutará políticas para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres”.
Por ello felicitamos y saludamos a todas aquellas asambleístas que al grito unísono de “mujeres al poder”, lograron aprobar la tan ansiada reforma al Código de la Democracia. Era necesario, oportuno, justo y legal.
Ahora las listas de candidatos para elección popular serán encabezadas por mujeres de manera progresiva, hasta llegar a un 50 % y los binomios presidenciales serán compuestos por hombre-mujer o mujer-hombre. Estos cambios fortalecen la libertad de las mujeres para elegir y ser elegidas en igualdad de condiciones; simbolizan un grito de victoria para todas aquellas que lucharon para que estas conquistas sean plasmadas en la ley, pues este derecho se encuentra consagrado desde la Constitución de 1998.
La Asamblea Nacional tenía esta deuda pendiente con la Constitución y las mujeres de nuestro país. Finalmente dejaron de lado las banderas políticas e intereses partidarios para proceder en justicia y cumplir con sus mandantes.
Encuentro acertada la decisión que adoptaron para tratar y votar por cuerda separada los temas sociales, como los que descansan en los artículos referentes a la paridad de género y la sanción a la violencia política. Esperemos que esa misma sensatez los posea cuando voten por la tenebrosa reforma tributaria propuesta por el Ejecutivo, y que recuerden que están allí para defender los intereses de sus mandantes, que a gritos les piden ¡no más impuestos!