Entre caídos y despedidos

Avatar del Diana Acosta

'La imagen del gobierno y su palabra están por el piso. No queremos más caídos, ni despedidos'.

La imagen del gobierno está deteriorada a nivel nacional e internacional. La crisis nos desborda. Mientras otros países han logrado manejar y controlar la enfermedad, en Ecuador el manejo de la plaga esta fuera de control y los caídos se cuentan por miles. Nos faltan hospitales, medicinas, y equipos vitales para tratar la tragedia. Se viven situaciones desgarradoras que han provocado estupor en el mundo entero. Cuerpos almacenados en contenedores, en bodegas de hospitales, sin capacidad de trasladarlos y darles una apropiada sepultura. Hay mucha improvisación, las autoridades van reaccionando al andar conforme la crisis se desarrolla, desbordándolos sin que al final puedan agarrarle el ritmo que se necesita para anticipar la siguiente etapa.

Casa adentro la cosa es peor, en medio de la crisis y dolor por las víctimas del virus, sale el presidente en cadena nacional afirmando que “no habrá despidos”, y acto seguido, miles de despidos se produjeron, bajo la figura de fuerza mayor contemplada en el Código del Trabajo, con lo cual pretenden no darle ni un centavo en indemnización ni desahucio a esos trabajadores.

Muchos trabajadores confiaron en la palabra del presidente, y ahora ¿dónde queda su palabra? ¿Qué acciones tomará el gobierno ante estos despidos, que no son otra cosa que desobediencia de una orden legítima de autoridad competente? ¿Cuáles serán las sanciones? Es impresentable ante la ciudadanía que nadie salga a decir nada, mientras miles se mueren no solo por el virus, sino también de hambre.

No pueden seguir así, cometen errores tras errores y corren desesperadamente detrás del problema, sin que hasta ahora logren alcanzarlo y dominarlo. Las necesidades de las personas de escasos recursos son constantes y profundas, las filas que ahora hacemos todos para ir a un supermercado, a una farmacia o a un hospital, ellos las hacen cada día de su vida para cobrar el bono solidario, para cobrar las pensiones jubilares o para ser atendidos en su salud. La imagen del gobierno y su palabra están por el piso. No queremos más caídos, ni despedidos.