Premium

Diana Acosta-Feldman | Delincuentes de cuello blanco

Avatar del Diana Acosta

Después de Purga, todos sabemos que los delincuentes pagaban a jueces y fiscales para ser absueltos

En Ecuador hay varios delitos que no prescriben, entre ellos, peculado, cohecho, concusión, enriquecimiento ilícito (art. 75 COIP); y los delincuentes condenados por esos delitos y otros, responden con sus bienes hasta el monto de la reparación integral del Estado y la sociedad (art. 77 COIP), es decir, les toca devolver lo robado y mucho más. Pero lamentablemente, en Ecuador los delincuentes ni pagan su pena, ni devuelven lo robado, y en algunos casos incluso, pese a las pruebas contundentes, la podrida justicia ecuatoriana los absuelve o los fiscales se abstienen de acusarlos.

El juicio en Miami que se sigue en contra del excontralor Carlos Pólit es una cachetada para los ecuatorianos, que nos enteramos absortos, gracias a la prensa, cómo este delincuente de cuello blanco y su familia se enriquecían ilícitamente producto de los sobornos pagados por Odebrecht.

La Fiscalía de Ecuador no puede ignorar, por respeto a los ecuatorianos, el hecho probado de cómo el hijo del procesado excontralor lavaba el dinero producto de los sobornos, que el dinero se manejaba en efectivo, que el dinero no era declarado y por lo tanto no se pagaban impuestos.

La justicia norteamericana lo tiene claro: el dinero de los sobornos fue lavado en Ecuador y otros países, pero acá, a los involucrados en este caso el entonces fiscal general se abstuvo de acusarlos. ¿Sospechoso? No, después de Purga, todos sabemos que los delincuentes pagaban a jueces y fiscales para ser absueltos, y de seguro este caso no fue la excepción.

Después de los testimonios de Miami y las pruebas vertidas en el proceso en contra del excontralor, que por cierto sigue libre en la Ciudad del Sol, disfrutando de lo robado a las arcas nacionales, la Fiscalía deber abrir un proceso en contra de todos aquellos que se enriquecieron ilícitamente con los dineros del soborno, que perjudicaron el bolsillo de todos los ecuatorianos, para que al menos, en el futuro, se lo piensen dos veces, sabiendo que en Ecuador, después de la Purga, los delincuentes de cuello blanco ya no tienen corona.