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Vianna Maino | Vamos por la inversión extranjera

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Contaríamos con una herramienta de seguridad jurídica que en situaciones políticas turbulentas o externalidades 

La inversión extranjera es un motor crucial para el desarrollo económico y la estabilidad en cualquier país.

En Ecuador la inversión extranjera directa (IED) está rezagada en relación a Latinoamérica, a pesar de que todos nuestros países enfrentamos similares desafíos de inestabilidad política. No es entonces ese el factor crucial de la disparidad, sino que ésta se nos ahonda con la persistente inseguridad jurídica que ahuyenta a los inversionistas.

La falta de seguridad jurídica genera incertidumbre en los inversionistas extranjeros sobre el cumplimiento de contratos y la estabilidad de las regulaciones.

Según la Cepal, para 2022 Ecuador recibió solo $ 829 millones en inversión extranjera, en marcado contraste con países vecinos como Colombia, con $ 17 mil millones, y Perú, con $11 mil millones.

A diferencia del efecto del endeudamiento, la inversión trae recursos frescos del exterior a nuestra economía, genera empleos, desarrolla la empresa privada, aporta al Estado impuestos, amplía el acceso a financiamiento, fortalece la dolarización y es la solución para abordar las urgentes inversiones en sectores críticos como la energía y la obra pública. Entonces, la IED es urgente no solo para la economía sino para la ciudadanía.

La propuesta planteada en la próxima consulta popular sobre el arbitraje internacional para dirimir controversias contractuales o comerciales es esencial para abordar el problema de inseguridad jurídica. De aprobarse el arbitraje global, el Ecuador enviaría una señal contundente al mundo de su compromiso con un entorno favorable para la inversión extranjera. Contaríamos con una herramienta de seguridad jurídica que en situaciones políticas turbulentas o frente a externalidades, como el ‘impasse’ actual con México, separe el riesgo externo del riesgo propio de un proyecto o negocio.

Que lo urgente no nos distraiga de lo estratégico. Por algo los países pugnan, como en los grandes bailes por la mejor pieza, por atraer IED. Porque es la herramienta de desarrollo más apetecida.

Seamos estratégicos, vamos por ella.