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Europa tiene una poderosa herramienta contra Rusia

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Pero ya es obvio que Estados Unidos defenderá a Europa solo cuando eso sirva a lo que Trump 

Ya es evidente que el gobierno estadounidense de Donald Trump traicionará a Ucrania en su lucha por resistir la agresión rusa. Trump es víctima de desinformación o participante voluntario en un intento de engañar a los estadounidenses sobre las causas y consecuencias de la guerra. Sus mentiras incluyen afirmar que Ucrania es culpable por la guerra; que el presidente ucraniano Volodímir Zelenski no “tiene las cartas” para poner fin al conflicto en condiciones favorables; y que Ucrania no se podría haber defendido sin ayuda de EE.UU

Pero todo el mundo sabe que Rusia lanzó una invasión no provocada y todos recordamos las primeras semanas, cuando los ucranianos defendieron con coraje una línea de frente de 3.000 km contra un ejército supuestamente superior, mucho antes de que llegaran la artillería, vehículos blindados y sistemas de defensa antiaérea occidentales. 

La vergonzosa escena que en la Oficina Oval del 28 de febrero puso de manifiesto la hostilidad de Trump hacia Zelenski y su inclinación favorable al presidente ruso Vladímir Putin. ¿Será que a Trump lo fascinan las figuras autoritarias que han logrado lo que él ambiciona? ¿O será que Putin tiene ‘materiales comprometedores’ sobre Trump (muchos lo sospecharon durante su primer mandato)? Como sea, Trump es contrario a la idea de Estado de derecho que subordina al interés político: la legalidad se usa cuando sirve a los intereses del presidente y se ignora cuando no. Los acuerdos entre países (incluso los que firmó él) se pueden romper a voluntad. Hace 30 años, en virtud del Memorándum de Budapest (diciembre/1994), EE.UU., el RU y Rusia se comprometieron a defender la integridad territorial de Ucrania. 

A cambio, esta aceptó renunciar al tercer mayor arsenal nuclear del mundo, heredado de la URSS. En 2014 Rusia violó el acuerdo con la invasión y anexión ilegal de Crimea; y Ucrania ha sido traicionada por dos de los firmantes del acuerdo. La negativa de Trump a honrar la palabra de EE.UU. es vergonzosa. Por décadas la seguridad de Europa se ha basado en el art. 5 del tratado de la OTAN, según el cual un ataque contra un miembro es un ataque contra todos. 

El derecho internacional y los tratados no significan nada para Trump, tampoco para Putin. Los europeos comienzan a adaptarse a esta dura realidad; sus tareas más inmediatas son crear una fuerza de defensa autosuficiente y confiscar $ 220.000 millones en activos soberanos rusos hoy en jurisdicciones europeas. La justicia y el sentido común dictan que estos recursos se destinen a financiar la defensa de Ucrania y que esta reciba el dinero de inmediato para comprar material militar y reparar las infraestructuras que Rusia no deja de destruir. 

No hay tiempo que perder. Usar los fondos como garantía para una futura Comisión Internacional de Reclamaciones, como se propone, causaría demoras inaceptables. La marea autoritaria está en ascenso y Europa se ha convertido en baluarte del mundo contra ella. Están en juego los valores europeos (y la defensa de las libertades civiles, la democracia y los derechos humanos en todo el mundo). Como dijo el presidente francés Emmanuel Macron, “Europa debe redescubrir el sabor del riesgo, de la ambición y del poder”. 

Si tras la debacle de la Oficina Oval, él y otros líderes europeos quieren convertir el apoyo retórico a Ucrania en acciones, deben hacerlo ahora y confiscar los activos rusos. Ucrania defiende a toda Europa: que Europa no se ampare en excusas legalistas.