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Mark Leonard: El Día de la Independencia de Europa

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Antes de la victoria electoral de Trump, hablábamos de cómo podemos defender a Europa con menos Estados Unidos

¿Podría considerarse el 23 de febrero de 2025 el Día de la Independencia de Europa? Podría serlo si el ganador de las elecciones alemanas, Friedrich Merz, se sale con la suya. Resulta sorprendente que el atlantista y halcón fiscal alemán por excelencia al que muchos consideraban irremediablemente atascado en la década de 1980, celebre su victoria derribando uno de los pilares fundamentales de la política conservadora alemana desde Konrad Adenauer, el primer canciller del país en la posguerra. “Mi prioridad absoluta será fortalecer a Europa lo antes posible para que, paso a paso, podamos lograr realmente la independencia de Estados Unidos”, declaró en su primera entrevista tras las elecciones. Otros líderes hablan de defender a Europa mientras trabajan con EE.UU. No es el caso de Merz, que ha lanzado lo que equivale a un ataque frontal contra el aliado más cercano de Alemania, llegando incluso a acusar a EE.UU. de injerencia electoral, a la par de Rusia. Para tener alguna posibilidad de éxito, Merz tendrá que superar el daño que se autoinflige la ultra ortodoxia económica alemana. La supresión del freno de la deuda constitucional introducido por su predecesora y correligionaria Angela Merkel es necesaria para que Europa pueda rearmarse y para financiar inversiones en infraestructura, energías renovables y digitalización que se necesitan con tanta urgencia. Merz ha insistido en que los principales partidos europeos deben replantearse su enfoque en materia de inmigración. Se necesita un conjunto de políticas que restablezca el control de fronteras y los flujos de población, que limite el impacto negativo de esos flujos en los miembros más vulnerables de la sociedad y que tenga en cuenta la mano de obra necesaria para el crecimiento económico, innovación y servicios públicos. En cuanto a política ecológica y medioambiente, el interrogante para Alemania y Europa será cómo evitar una compensación de suma cero entre la reducción de emisiones y la reducción de precios. La única respuesta es crear una política ambiental que también sea una política industrial. Un interrogante fundamental que subyace a todas estas cuestiones es cómo hacer que la interdependencia sea menos riesgosa, cómo darles a quienes han quedado rezagados la sensación de que el gobierno los mantendrá a salvo en un mundo peligroso, sin rodearse de murallas? La independencia que promete Merz obligará a Europa a replantearse muchas de sus relaciones, incluidas las que mantiene con China, Israel, India y EE.UU. Y necesitará una clase política capaz de ver las cosas con claridad y de hacer cambios radicales. Merz no estará solo a la hora de conducir a Alemania hacia un nuevo consenso. Es casi seguro que tendrá que liderar una coalición con los socialdemócratas (SPD), lo que puede ayudarlo a llevar a su partido a un lugar diferente, en especial en lo que respecta al freno de la deuda. Las coaliciones en Alemania muchas veces han sido una fuente de debilidad gubernamental, pero en este caso una gran coalición de los principales partidos de centroderecha y centroizquierda podría ser una fuente de fortaleza. Merz es un candidato poco probable para este cambio. Su principal crítica a Merkel cuando ambos competían por el liderazgo de la Unión Demócrata Cristiana fue que la excanciller se había alejado peligrosamente de la ortodoxia de su partido. Pero del mismo modo que hizo falta un canciller del Partido Socialdemócrata (SPD), el saliente Scholz, para empezar a aumentar la inversión en defensa y cortar los lazos del país con Rusia, Merz, el ultra atlantista y conservador fiscal, podría ser el único político alemán capaz de enterrar de forma creíble el freno de la deuda y allanar el camino hacia una Europa verdaderamente independiente.