Premium

Zhang Jun | Desmitificar el éxito de la fabricación china

Avatar del Columna Internacional

Hoy China forma casi cinco veces más graduados en estas áreas que EE. UU. y siete veces más ingenieros

La industria manufacturera china ha evolucionado significativamente y hoy muestra una fortaleza notable. Hace 20 años, las empresas con inversión extranjera lideraban las exportaciones, pero ahora muchas han abandonado China, cediendo terreno a compañías nacionales. Estas ya no se limitan a productos de bajo valor, sino que lideran sectores de alta tecnología, como semiconductores y vehículos eléctricos, con precios altamente competitivos.

China recuerda al Japón de los años 70 y a Corea del Sur en los 90, cuando ambos países emergieron como potencias tecnológicas. Sin embargo, mientras Japón y Corea del Sur tenían un PIB per cápita cercano a la mitad del de EE. UU. en sus respectivas épocas, el de China representa solo el 16 % del estadounidense (13.300 dólares frente a 85.800). Surge entonces una pregunta clave: ¿cómo ha alcanzado China la frontera tecnológica con un PIB per cápita tan bajo? Parte de la respuesta está en su escala masiva. Un país con gran población y educación de calidad puede acumular un capital humano excepcional, aprender de economías avanzadas y desarrollar innovación propia más temprano.

Pese al aislamiento comercial durante la era Mao, China contaba con élites formadas en universidades occidentales antes de la fundación de la República Popular. Estas jugaron un rol crucial en el avance científico, apoyadas inicialmente por la asistencia técnica soviética. Desde los años 50, China estableció un sistema educativo básico moderno y gratuito, incluso en condiciones de pobreza extrema, y reformó su educación superior. Las principales universidades chinas surgieron de misiones religiosas occidentales a fines de la dinastía Qing y la era republicana. Bajo Mao, se adoptó el modelo soviético de educación superior, centrado en formación técnica y científica, a diferencia del enfoque liberal occidental.

Durante las últimas cuatro décadas, China ha mantenido este modelo, ampliando su alcance. Desde 1999, el número anual de graduados universitarios creció de un millón a 12 millones, con cerca de la mitad titulados en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas. Hoy China forma casi cinco veces más graduados en estas áreas que EE. UU. y siete veces más ingenieros. Esto se refleja en servicios posventa eficaces y asequibles para productos tecnológicos. Además, más de seis millones de estudiantes chinos han cursado estudios en el extranjero en los últimos 40 años, y la mayoría ha regresado. Esto ha acelerado el desarrollo manufacturero, especialmente en las últimas dos décadas. La reforma de 1979 que permitió empresas conjuntas con firmas extranjeras impulsó la modernización tecnológica. Al mismo tiempo, China desarrolló una sólida red de cadenas de suministro e infraestructura de apoyo. Hoy su manufactura se apoya en una densa red de proveedores, innovadores y operadores logísticos. El gobierno ha sido clave en este proceso. A diferencia de la percepción occidental, no se trata de una estrategia puramente centralizada. China está formada por 31 provincias, 300 ciudades prefecturales y 2.800 condados cuyos gobiernos compiten por atraer desarrollo e inversión. Aunque el gobierno central fija prioridades, la implementación funciona como una competencia horizontal. Esta dinámica, sustentada por la escala del país, ha sido fundamental para el crecimiento sostenido y la competitividad de su sector manufacturero.