Claudia Tobar Cordovez | ¿Estamos más enfermos que antes?

Hoy vivimos más, contamos con diagnósticos más oportunos, mayor conciencia sobre nuestra salud y mejores tratamientos
Estamos presenciando una era en la que los avances médicos han logrado que, en tan solo 70 años, la esperanza de vida global aumente en 25 años. En 1950, la esperanza de vida promedio era de 47 años, y las personas podían morir por una simple gripe o una enfermedad eruptiva. Gracias a la llegada de la vacuna, desarrollada por el inglés Edward Jenner, se descubrió la posibilidad de generar inmunidad frente a enfermedades mortales. Aunque la eficacia de las vacunas ha mejorado con el tiempo, su existencia transformó radicalmente la capacidad de supervivencia de la población humana y también la animal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre tres y cinco millones de vidas se salvan cada año gracias a las vacunas. Enfermedades como la viruela han sido completamente erradicadas. Lo interesante es que las vacunas no solo previenen enfermedades, sino que también disminuyen el uso de antibióticos, evitan discapacidades permanentes y reducen significativamente los gastos en salud pública. Todos fuimos testigos de cómo la vacuna contra el COVID-19 cambió radicalmente las tasas de contagio, mejoró el pronóstico de la enfermedad y permitió que retomáramos nuestras vidas.
Las vacunas, junto a otros avances médicos, han sido claves en el aumento de nuestra longevidad. Y con la posibilidad de vivir más años, nuestros cuerpos también envejecen, se desgastan y pueden desarrollar enfermedades. Hoy no solo vivimos más, también contamos con diagnósticos más oportunos, mayor conciencia sobre nuestra salud y mejores tratamientos. Por ejemplo, la mortalidad en ciertos tipos de cáncer ha disminuido gracias a nuevas terapias e intervenciones más tempranas.
Es cierto que existen cuestionamientos sobre los efectos de ciertos químicos presentes en alimentos y productos cosméticos, que merecen atención. Pero también es verdad que la población actual tiene mayor acceso a información sobre los posibles agresores de nuestro sistema inmune. Aunque puede parecer que escuchamos más casos de enfermedad a nuestro alrededor, la realidad es que hoy gozamos de más salud que en cualquier otro momento de nuestra historia.