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César Febres-Cordero Loyola | ¿Política pública o politiquería?

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Algunas actividades en las que han tenido que participar los ciudadanos admitidos en estos programas incluyen banalidades

Antes de que comenzara oficialmente la campaña electoral, el presidente Noboa creó por medio del decreto 448 del 6 de noviembre de 2024 el programa Jóvenes en Acción como un “mecanismo para el fortalecimiento de las capacidades y potencialidades para la juventud”. Este mecanismo, modificado en dos decretos subsiguientes para ampliar su rango y duración (que en marzo pasó de tres a cinco meses), consistió en poner a más de 80.000 jóvenes a trabajar con los ministerios de Ambiente, Agricultura y Obras Públicas por un monto de 400 dólares mensuales, lo que terminaría costándole al fisco más de 160 millones en transferencias.

Si bien la entrega de dinero en plena campaña generó bastantes sospechas sobre la verdadera intención detrás del proyecto, la idea de Noboa tiene antecedentes en los programas de conscripción cívica juvenil, como el implementado recientemente por Macron, o de trabajo para los desempleados en tiempo de crisis, como en los tiempos de la Gran Depresión, aplicados a lo largo de décadas en varios países. Ni Jóvenes en Acción, ni Ecuatorianos en Acción, su contraparte de menor duración para 120.000 ciudadanos de 30 años de edad en adelante, se asemejan en escala a los programas que se han podido ver en el primer mundo, pero podrían ser un comienzo.

Algunas de las actividades en las que han tenido que participar los ciudadanos admitidos en estos programas incluyen completas banalidades, como cortar maleza o hacer inventarios, pero también trabajos más serios y aprovechables para quienes buscan mejorar su empleabilidad, como el mapeo de zonas para la Secretaría de Riesgos (una de las carteras que participan en la edición para los no tan jóvenes) o el manejo de pluviómetros y herramientas MRV con el Ministerio de Agricultura.

La única forma de determinar si estos programas fueron más que una estratagema de campaña para comprar votos sería que el Gobierno nos presente, primero, información detallada sobre los trabajos realizados por cada brigada y cómo estas ayudaron al personal de planta de los ministerios y, segundo, la situación de empleo de los participantes en los próximos meses.