César Febres-Cordero Loyola | ¿Quién ganó en la Conaie?

Algunos sectores celebran esto como una derrota de la izquierda y el fin de la vida política de Iza
Hace unos días, durante su VIII Congreso, la Conaie escogió a Marlon Vargas Santi como su nuevo presidente por 617 votos contra los 540 del más que controversial presidente saliente, Leonidas Iza. Algunos sectores celebran esto como una derrota de la izquierda y el fin de la vida política de Iza. Hay razones para pensar que esa alegría les puede durar poco.
La primera es que la derrota de Iza, que de ninguna forma fue aplastante, en sí revela que la Conaie es más que sus líderes de turno, aunque de ningún modo esté libre de coerciones, componendas o de poderes dinásticos enquistados a la interna. Con o sin Iza, y como fue antes de que Iza llegase a la palestra, las comunidades rurales seguirán combatiendo al extractivismo y repitiendo las mismas demandas cíclicas de créditos y condonaciones, porque estas exigencias son producto de la condición material de los campos: no hay capital ni formalidad suficiente en el agro, y las grandes mineras compiten por el metal y el agua con todos en su entorno, sean legales o ilegales.
La segunda es que esta elección fue parte de un proceso en el que varios candidatos derechosos o moderados se hundieron o fueron absorbidos. Uno de ellos fue Fernando Guamán, líder de la filial de la Conaie en Chimborazo, acusado de ser gobiernista. Guamán ya había hecho noticia al distanciarse de la posturas de los líderes de la Conaie y la Ecuarunari, que le dieron su apoyo al correísmo en la segunda vuelta. Su cercanía al oficialismo le valió ser expulsado del consejo ampliado de la estructura nacional y un bloqueo a su candidatura a través del reglamento: para competir debía renunciar a su actual cargo como dirigente. El otro fue Efrén Nango, como una supuesta tercera opción, pero Nango ya había sido derrotado en las primarias amazónicas de la Confenaie, organización que Vargas Santi dirigió por varios años.
Varias voces coinciden en señalar al liderazgo agresivo y divisivo de Iza como un factor importante en su derrota, y probablemente tienen razón. Podemos esperar que la victoria de Vargas Santi represente un cambio en la forma de hacer política de la Conaie, pero no uno de conceptos o aspiraciones.