La sociedad anhela paz

El anhelo de paz está arraigado en nuestro corazón, siendo sinónimo de felicidad; y el hombre fue creado para alcanzarla. La conseguimos al hacer las cosas con recta intención, cuando nuestros comentarios no generan disgusto, cuando estamos convencidos de que vamos a salir adelante de las circunstancias que atravesamos, con dedicación y empeño, haciéndolo por amor a los demás. Que los problemas que vivimos sean voces de Dios para que nuestras familias se fortalezcan, sobre todo en la oración, el arma principal que tiene todo cristiano para conseguir que cesen acontecimientos que muchas veces quitan la tranquilidad de una sociedad.

Mario Monteverde Rodríguez