Según el Ministerio de Salud, casi el 26 % de los ecuatorianos mayores de edad sufren de obesidad. Esta no es una cifra menor ni poco relevante. Una persona con obesidad es más propensa a sufrir enfermedades graves, que ponen en riesgo su vida y que son más costosas para el Estado. 

Pero no vengo a descubrir el agua tibia, desde hace poco más de cuatro años se han popularizado las cirugías de reducción del estómago, como la bariátrica y el famoso ‘bypass’ gástrico. Estas cirugías prometían solucionar los problemas de obesidad de los pacientes y prevenir enfermedades relacionadas con el sobrepeso. 

Y lo consiguen; se considera un éxito si un paciente pierde el 30 % de su IMC (Índice de masa corporal) en los siguientes cinco años. Lo interesante de dichas cirugías es darle la oportunidad a las personas con sobrepeso de tener una calidad de vida mejor y una esperanza de vida más larga.

Pero no todo en la vida es tan bueno como debería ser, los efectos secundarios son incómodos y permanentes. Pueden ir desde un simple reflujo a una hernia de hiato. Así que hay que pensarlo bien.

Conozco a algunas personas que se han realizado la cirugía y todos, a excepción de uno, bajaron de peso. Y lograron mantener el peso deseado. La parte negativa es que todos sufren de enfermedades que antes no tenían, como anemia, hernias, gases y reflujo.

Estoy a favor de buscar la mejor versión de uno mismo, de realizar el máximo esfuerzo para conseguirlo, lo que no hay que olvidar es que ninguna cirugía va a reemplazar a los buenos hábitos alimenticios y al ejercicio diario.

Hace algunos años escuché a un doctor muy reconocido decir que todos tenemos una hora al día para dedicársela a nuestra salud y a hacer ejercicio. No importa si eres el CEO de la compañía más importante o una persona que cumple un horario. Hay que dedicarle tiempo a la salud; si no le puedes dedicar una hora al día a tu salud, algo estás haciendo mal en tu vida.

He conocido y he perdido a personas cercanas por las enfermedades relacionadas con el exceso de peso. Ojalá el Gobierno nacional y las empresas privadas realicen más esfuerzos para lograr que se reduzca la tasa de obesidad en nuestro país.