Carlos Alfonso Martínez | Gobernabilidad: el verdadero reto

La gobernabilidad, en definitiva, no se medirá simplemente en leyes aprobadas, sino en la confianza que se sostenga día a día
Como bien lo ha señalado el ministro de Gobierno, José De La Gasca, la gobernabilidad del país se pondrá a prueba con la inminente aprobación de la ley económica urgente enviada por el presidente Daniel Noboa a la Asamblea Nacional. Este concepto -gobernabilidad- se convierte por lo tanto en el eje central del debate político actual, y lo que ocurra con la ley marcará un punto de quiebre, pues no solo se evaluará el contenido de la norma, sino también la capacidad del Gobierno para articular acuerdos y mostrar resultados.
El régimen enfrenta en este nuevo período desafíos significativos y debe impulsar profundas reformas jurídicas en un plazo limitado.
Con casi dos años en funciones, el presidente Noboa ya no cuenta con el margen de adaptación propio de un inicio de mandato, ni puede apelar al argumento del aprendizaje, lo que incrementa la presión sobre su administración. Las demandas de seguridad, empleo, salud pública, educación, inversión extranjera y reactivación económica no admiten más demoras. Las expectativas ciudadanas son altas y la paciencia escasa.
Pese a la aún alta popularidad del presidente, la exigencia de la población de ver resultados concretos en áreas críticas va en aumento, por lo que el mandatario tiene que empezar a mostrar mejoras a corto plazo, para ganar tiempo e ir haciendo realidad las transformaciones que requieren esfuerzos mayores y períodos de gestión más largos.
Será fundamental observar posibles reestructuraciones en ministerios estratégicos, especialmente en aquellos en los que el desempeño no ha sido satisfactorio o en aquellos que resultan cruciales para favorecer la inversión privada local y externa, generadora de plazas de trabajo.
Daniel Noboa deberá adoptar un enfoque más técnico y pragmático, priorizando la eficiencia en la gestión.
La gobernabilidad, en definitiva, no se medirá simplemente en leyes aprobadas, sino en la confianza que se sostenga día a día desde la acción pública ágil y efectiva.
Le deseamos éxito al presidente, pues su acierto será el de más de 18 millones de ecuatorianos.