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Cuando el Guasón fue a la CIDH

Avatar del Carlos Andrés Vera

Hay que tener cara para obviar ante un tribunal internacional, que la primera demanda del violento levantamiento de junio de 2022 fue aumentar los subsidios a los combustibles

El 23 de agosto tuvo lugar la audiencia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos donde el Estado ecuatoriano ha sido acusado de violar los derechos de los pueblos ocultos, habitantes del Parque Nacional Yasuní. Varias masacres ampliamente documentadas en los últimos 20 años dan cuenta de cómo los Tagaeri y Taromenani han sido prácticamente sentenciados al exterminio gracias a las presiones que ejerce la actividad petrolera, la colonización de sus territorios y el comercio ilegal de madera. En estricta justicia, la CIDH debería dictar una sentencia en favor de los pueblos ocultos. Ojalá eso suceda.

La audiencia contó con la presencia de Leonidas Iza, presidente de la CONAIE. Su intervención era predecible, pero uno nunca debe perder la capacidad de indignación ante un político disfrazado de luchador social. Iza leyó un documento donde afirmó que “La actividad petrolera destruye la Amazonía. No debe estar sobre la vida de nuestros hermanos en aislamiento”. Finalizó pidiéndole a la Corte que “dicte una sentencia a favor de los pueblos en aislamiento, se detenga la presión petrolera en su territorio y se garantice su autodeterminación”.

Hay que tener cara para obviar ante un tribunal internacional, que la primera demanda del violento levantamiento de junio de 2022 fue aumentar los subsidios a los combustibles. Es decir, incentivar su consumo y por tanto, la producción petrolera.

Mencionemos lo evidente: Iza secuestró ciudades enteras para que el Gobierno destine más dinero al subsidio de combustibles. Y el Gobierno tendrá que ampliar la producción petrolera para cubrir el gasto adicional que ese subsidio implica. Al hacerlo, se ampliarán las presiones en los territorios de los pueblos ocultos.

No estoy diciendo nada que Leonidas Iza o cualquier militante de esta izquierda de careta ambientalista pero obsesionada con subsidiar combustibles, no sepa. Sin embargo, Iza tuvo la osadía de ir a un tribunal internacional y alinearse de palabra con las víctimas, cuando su militancia y sus acciones lo colocan en la vereda de los victimarios.

Sería una comedia, de no ser porque hablamos de la vida y la supervivencia de uno de los mayores tesoros étnicos y culturales del Ecuador.