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Carlos Andrés Vera | ¿Qué importa?

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Combatir al crimen organizado no es tarea limpia ni fácil. Es una guerra desigual

Toda la semana se ha discutido cómo fue recapturado alias Fito. ¿Fue por el programa de recompensas? ¿Por una operación de inteligencia? ¿Estaba negociando con el Gobierno y lo atraparon cuando esperaba una reunión? ¿Una mezcla de todo eso? Varias versiones han circulado, alentadas por errores e inconsistencias en la comunicación oficial y por la ansiedad mediática de encontrar respuestas.

Mientras el Estado -sean ministros, policías o militares- no cruce la línea de transar con el crimen organizado, lo demás es secundario. Si a un delincuente se lo atrapa mediante el uso de inteligencia o engaños, o se lo captura cuando baja la guardia, en buena hora. Lo que no se puede ni se debe hacer es negociar privilegios, entregar beneficios o pactar impunidad. Si eso no sucedió, bien por el Gobierno, bien por el Estado. Bien por el país.

Viene a mi mente el caso de Ingrid Betancourt, rescatada en 2008 en una operación del gobierno de Álvaro Uribe, en la que helicópteros fueron pintados con símbolos de la Cruz Roja para engañar a las FARC. El resultado fue el rescate. Fin. No hubo pacto con criminales. Hubo estrategia, hubo disuasión, hubo coraje.

Una de las situaciones más polémicas tras la recaptura fue la confirmación de una conversación entre el ministro Reinberg y el capo. Esa conversación no fue parte de la versión oficial, sino que se conoció después, por filtraciones y testimonios, incluso del propio Fito. En lo que a este autor respecta, más allá de la curiosidad y el morbo, no hallo valor en hacer público hasta el último detalle de una operación reservada, salvo -por supuesto- que se cometa un delito. No todo contacto es pacto, no todo silencio es encubrimiento. El deber de la prensa es informar y hacer las preguntas; el del Gobierno, actuar con transparencia. Lo demás es una exhibición con fines de telenovela.

Estas discusiones además, con frecuencia ignoran el contexto: el narco controla parte del Estado, incluidos jueces, fuerza pública, inteligencia. ¿Además de eso hay que poner todo en los medios? ¿Conocer el porcentaje exacto de inteligencia, fuerza, suerte o traición para desmerecer el resultado final? No.

Combatir al crimen organizado no es tarea limpia ni fácil. Es una guerra desigual y tomará varios años. Ya cayó Fito. Que lo extraditen y caigan más. ¿Cómo? Qué importa.