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Carlos Andrés Vera: ¿Genio o improvisado?

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¿Será que en algún momento el Presidente sorprende con medidas acordes a la pesadilla que vivimos?

En las recientes elecciones, tuvimos claridad respecto al norte que plantearon candidatos como Villavicencio, Otto, Topic y Luisa González. Sin embargo, para sorpresa de todos, el elegido fue Noboa. Semanas después, intentar descifrar al primer mandatario millenial es un ejercicio parecido a la resolución de un misterio. Y es que gobernar es tarea mucho más compleja que ser influencer o tener algún destello genial de marketing. Al intentar leer las primeras semanas de Daniel Noboa, no me queda claro si estamos ante un genio o ante un improvisado.

Discurso de posesión a lo Tik Tok: ¿estrategia brillante o ausencia de contenido? Declararse “pro” y no “anti”: ¿frase que empata con el sentir ciudadano o una de las oraciones más cojudas de la historia reciente? Cambiar hasta tres veces a gobernadores recién designados: ¿rectifica errores de inmediato o no sabe lo que hace? Verónica Abad: ¿líder que no tolera deslealtades o un torpe limpiando pasos improvisados? Mandarse una consulta insustancial: ¿Desconexión total de la gravedad de los problemas del país o una forma de presionar a sus contrapartes en la Asamblea? Calificar de “Pokemon” a Ma. Paula Romo: bueno, de eso no tengo duda. Eso es una estupidez, una niñería que recuerda a las niñerías de un ex mandatario obsesionado con llenar de adjetivos a sus rivales políticos.

Más allá de Pokemones, Noboa es un misterio que poco a poco se revela y en lugar de ilusionar, decepciona.

Hace poco, cuatro niños fueron masacrados en el Guasmo. Poco después, el gobierno ha calificado al Plan Fénix como un éxito. Hace poco también, la Fiscal ha revelado el caso de corrupción vinculado al narcotráfico más grande y grave de nuestra historia. Noboa apenas se ha referido al tema, como si al Presidente no le correspondiera aportar -desde sus funciones- a solucionar el problema.

Si estamos ante un Presidente que habla poco, sería de esperar que cuando hable, salgan de su boca palabras que provoquen sismos. Nada de eso. Lo que hemos visto es una serie de acciones torpes e insustanciales, como el absurdo de la consulta recientemente planteada.

¿Será que en algún momento el Presidente sorprende con medidas acordes a la pesadilla que vivimos? ¿O será que da vueltas en su despacho abrumado ante los problemas que se planteó enfrentar?