¡Basta ya, no aguantemos más!

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Contratos cargados de peculado, de cohecho, de tráfico de influencias para comprar mascarillas para evitar el contagio del coronavirus y para comprar fundas para los cadáveres....

La corrupción en sus diversas manifestaciones se ha entronizado en nuestro país, digno de mejor suerte.

A lo largo de la agitada vida del Ecuador se cometieron” pillerías” practicadas por deshonestos servidores del Estado. Pero durante la época “ganada” de la RC (iniciales que significan “rateros conocidos”) se entronizó una verdadera mafia de hombres y mujeres que aspiraron el poder escudados en frases ridículas como la de “corazones ardientes, manos limpias y mentes lúcidas” para embobar a los ilusos, y una vez logrado su objetivo, captar el poder, dedicarse a saquear las arcas fiscales a diestra y siniestra, cometiendo delitos de corrupción que hoy tienen a sus autores y cómplices, y hasta a encubridores, tras las rejas; a unos por los techos, a otros escondidos en embajadas de países amigos, a otros más, escondidos en países de sus cónyuges, a otritos más...

Pero cuando el país suponía que los mafiosos se habían alejado, con asco, con angustia, ve que la corrupción es de tal magnitud que no respeta ni el dolor ni las lágrimas, ni la muerte causados por el coronavirus y que, por el contrario, les sirve a estos gánsters para robar más los dineros del pueblo.

Contratos cargados de peculado, de cohecho, de tráfico de influencias para comprar mascarillas para evitar el contagio del coronavirus y para comprar fundas para los cadáveres destinadas a aquellos para los que no se encontraban ataúdes.

Todos estos delitos fueron perpetrados por altos funcionarios del IESS y del pomposamente denominado Servicio Nacional de Gestión de Riesgos (¿?).

La Fiscalía General del Estado y la Contraloría General del Estado pusieron en conocimiento de la justicia para que esta determine las sanciones a imponerse a estos “cleptómanos”. El pueblo espera que no sean tongos estos procesos.

Ecuatorianos: no aguantemos más tanta corrupción. Exijamos a la justicia que no camine con pasos de tortuga para que sin tanta tardanza mande a la cárcel a los “rateros conocidos”.