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Arturo Moscoso Moreno | ¿Una decisión acertada?

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El derecho a manifestarse es legítimo, pero secuestrar militares e incendiar bienes públicos no lo es

La evidencia empírica nos dice que mantener precios artificialmente bajos de los combustibles es un error fiscal, económico y ambiental. Es un subsidio regresivo -el quintil más rico recibe más beneficio-, fomenta el contrabando y drena millones del presupuesto. Cada dólar subsidiado se resta a salud, educación o seguridad. Corregir esa distorsión y sustituirla por compensaciones directas es más justo y eficiente.

Por eso es paradójico que una medida tan necesaria provoque tanto rechazo. Que ciertos sectores se movilicen para defender un subsidio que favorece más a los acomodados, desconcierta. Se protesta por mantener un privilegio regresivo, cuando lo lógico sería exigir que esos recursos vayan a quienes realmente los necesitan.

Y en muchos casos la protesta cruza la línea. El derecho a manifestarse es legítimo, pero secuestrar militares, incendiar bienes públicos o bloquear servicios esenciales no lo es. Esa violencia resta legitimidad y, como mostraron Chenoweth y Stephan, es además ineficaz: los movimientos no violentos son mucho más exitosos para lograr cambios duraderos.

Y aquí entra Leonidas Iza. Sus posiciones, casi siempre desubicadas, terminan dándole argumentos al Gobierno y a quienes ven en él la caricatura del movimiento indígena. Pero reducir la protesta a Iza es un error. Los pueblos indígenas son mucho más que un dirigente y sus consignas caducas; son actores históricos del país, con demandas legítimas. Usar los excesos de Iza como pretexto para alimentar prejuicios racistas es tan dañino como ignorar la importancia de los pueblos indígenas en la vida nacional.

Eso sí, que la decisión del Gobierno sea técnica y correcta no lo autoriza a responder con represión brutal. Reprimir a garrotazos es tan injustificable como la violencia del otro lado. La legitimidad de la medida depende tanto de sus fundamentos como de la forma en que se implementa y comunica. El fin correcto no se alcanza con medios equivocados.

En todo caso, al final, la pregunta se contesta sola: eliminar subsidios regresivos sigue siendo, simple y llanamente, una decisión acertada.