Alfonso Albán Espín | ¿Ciudad de todos o de unos pocos?

Reflexionar si la ciudad es de todos o solo es un eslogan que intenta vender una Guayaquil en la que todos quisiéramos vivir
Guayaquil, ¿ciudad para todos o solo para unos pocos? El eslogan que publicita el Municipio de Guayaquil está muy lejos de describir a esta ciudad. Antes de describirla así, habría que preguntarse: ¿Es Guayaquil amigable para las personas con discapacidad? ¿Sus calles son seguras para las mujeres y niños? ¿Ofrece suficientes espacios de distracción para los adultos mayores?
Mientras que transportarse sea menos complicado para las personas sin discapacidad que para las que tienen alguna discapacidad, no será una ciudad para todos. Mientras las mujeres sigan siendo acosadas en las calles con miradas y piropos desmedidos, Guayaquil no será una ciudad para todos. Mientras los adultos mayores y niños tengan escasos espacios públicos de distracción cerca de sus casas, no será una ciudad para todos. Será una ciudad para unos cuantos.
E incluso para esos cuantos, es una ciudad selectiva. Hay quienes tienen acceso a agua entubada (porque es dudoso llamarla potable) y otros no. Hay quienes tienen las calles de sus barrios asfaltadas y otros no. Hay quienes gozan de espacios públicos de recreación con áreas verdes cerca de sus casas y otros no. Hay quienes tienen alcantarillado para aguas lluvias y servidas y otros no. Hay quienes tienen acceso cerca de sus casas al sistema de transporte público y otros no.
Mientras estas desigualdades sigan presentes, Guayaquil no es una ciudad para todos. Y no menciono a la inseguridad, porque esta no discrimina y es lo que todos sí compartimos en Guayaquil: el recelo a salir de casa por temor a que nos roben, secuestren o, peor aún, nos maten por no dejarnos robar o secuestrar. En eso sí, Guayaquil es una ciudad para todos.
Hay que reflexionar si la ciudad es de todos o solo es un nuevo eslogan que intenta vender una Guayaquil en la que todos quisiéramos vivir, pero aún resulta inalcanzable.
Cuando el alcalde Aquiles Álvarez y el Concejo Municipal lideren la redacción de una planificación que se convierta en política pública local, que lleve a la ciudad a una transformación en movilidad, urbanística, social, de empoderamiento del espacio público y de la recuperación del tejido social, solo así podremos pensar que Guayaquil camina, recién, a ser una ciudad de todos.