Referentes y precedentes

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'Si los hijos fallan alterándose, exacerbándose o deprimiéndose, están los padres para trazar la cancha’.

Cuando más allá de las figuras de padres y maestros, eufemísticamente decimos que todos enseñamos, lo que simplemente estamos sugiriendo es que cada adulto tiene la capacidad de impactar sobre niños y jóvenes, según su comportamiento y actitudes. Es decir, el adulto en todos los casos se vuelve un importante referente para aquel que se está formando.

Esto es bueno considerarlo, sobre todo en estos tiempos en que padres y familiares están llamados a compartir con niños y jóvenes por muchas horas. Por ello es importante que estemos claros que siendo referentes no podemos dar ejemplos de ansiedad, descontrol, inseguridad, etc. Tampoco son los gritos y los llamados de atención o las burlas grotescas las que ayudarán a padres a volverse buenos guías para sus hijos en estos tiempos. Si hemos de ser referentes seámoslo de lo positivo, de lo formativo.

De igual manera, los padres deben estar claros en que cada determinación y conclusión que asumen y disponen están sentando precedentes, están dando cátedra sobre qué hacer y qué no, y por supuesto, sobre resultados preconcebidos.

Generemos, pues, sabios precedentes para que, salvando el concepto de autoridad, podamos a su vez acercarnos gratamente a ellos, que nos necesitan al vivir una experiencia que no pueden claramente dimensionar.

Si los hijos fallan alterándose, exacerbándose o deprimiéndose, están los padres para trazar la cancha y hacerles sentir su cálida presencia, pero al mismo tiempo su control de la situación. Los hijos no pueden correr al despeñadero dejándose llevar por la apatía o por largas sesiones de desinteresado ocio.

Necesitamos padres referentes, pero a su vez que sienten precedentes de qué hacer y cómo actuar, sacando adelante a la familia y el mejor provecho de las lecciones que entreguen.

Los precedentes son lecciones de vida y los padres deben dejarlos siempre muy claros para no llevarse a equívocos y a lecciones circunstanciales. No conviene decir y desdecirse como siempre, la firmeza y consistencia serán grandes aliadas de los padres en cuarentena.