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Abelardo García: ¿A quién se le ocurrió?

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Las medidas que se toman y disponen deben ser emitidas atendiendo las realidades que se viven.

Hablamos hoy de este tema debido a que en estas últimas semanas ha habido desesperación en muchos padres de familia porque no han conseguido matricular a sus hijos en establecimientos públicos. Este problema ha colmado las páginas de los diarios, así como las pantallas de los televisores.

Por ello nos preguntamos: ¿quién fue el genio?

¿A quién se le ocurrió generar un sistema único de matriculación?

Más allá de la constante caída de la ‘página’, la ubicación que se ha hecho de ciertos alumnos, arbitraria y distante de sus hogares; la separación de hermanos de una misma familia, que son destinados a instituciones diferentes; surgen complicaciones humanas y también geográficas que se podrían manejar de mejor forma, simplemente utilizando el sentido común, antes que recurriendo al puro algoritmo.

Las medidas que se toman y disponen deben ser emitidas atendiendo las realidades que se viven.

Es por ello que sí resulta extraño, por decirlo menos, que en un país como el nuestro, en el que existe una enorme debilidad energética y donde se cuenta con una frágil conectividad, la cual incluso no existe en ciertas áreas marginales o en la ruralidad, se haya lanzado por la vía de un sistema único que matricula en el centro, como si los alumnos fuesen del Ministerio de Educación y no de las instituciones educativas en las que se matriculan.

He ahí otro problema. Una parte del éxito dentro del proceso de aprender está dada, y muy fuertemente, por los lazos afectivos que desarrollan los estudiantes con aquella institución en la que crecen.

Ese sentido de identidad, de pertenencia, resulta fundamental para que los procesos de adaptación y de crecimiento surjan y se desarrollen de forma adecuada.

Cuando solamente pensamos en la estadística, y concebimos a cada alumno como un número y no como personas, con emociones y con querencias, estamos cometiendo un error muy grave.

Que los estudiantes se puedan matricular en las escuelas y que estas sean las que reporten a la planta central.