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Abelardo García | Cambios o, ¿más de lo mismo?

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Acaso es tiempo de mirar a otro lado, más alto; de buscar soluciones diferentes que permitan cambios reales y ciertos.

Hace días, EXPRESO recogía reclamos de la dirigencia magisteril en torno al estado de la educación fiscal, haciendo énfasis en los problemas de infraestructura deteriorada, abandono de locales, poca o ninguna asistencia de parte de las autoridades para garantizar la seguridad, el entorno escolar de calidez y, obviamente, la calidad educativa.

Lo triste es que estos reclamos no son nuevos, no son para este gobierno, pues tenemos décadas de repetir las mismas necesidades, las mismas dificultades; lo que habla de que la solución del problema no está en la buena voluntad o no de la autoridad de turno. Gobiernos de distintos matices y colores pasaron, y la situación sigue igual y no se alcanza el cambio esperado. Entonces, la pregunta es: ¿qué falla? ¿Qué no permite la solución?.

Y es que nos centramos en los mismos petitorios y con las mismas actitudes: discursos más o menos altisonantes, quejas, y el exigir o estirar la mano a un Estado famélico que, lo que menos tiene es dinero. Le pedimos y exigimos cada vez más: que engrose su nómina patronal, que saque fondos de donde no hay, forzando las mismas soluciones para los mismos insolubles problemas.

Acaso es tiempo de mirar a otro lado, más alto; de buscar soluciones diferentes que permitan cambios reales y ciertos. Pues el problema está en el modelo de educación pública que tenemos y que no da más. Hace aguas por todos lados y cada vez, aunque parezca imposible, se deteriora, y, por supuesto, no cumple con su misión ni objetivos.

Hemos hablado, desde hace mucho tiempo de la cooperativa docente. Hay modelos de educación concertada en muchos países. Se vuelve imperativo, pues, explorar nuevas salidas, nuevas alternativas, porque el modelo centralista y concentrador se ahoga en su ineficacia e ineficiencia.

Que la gratuidad se garantice con fondos del Estado, si a alguien le preocupa lo de la privatización. Que se abran puertas para buscar otro tipo de financiamiento: donaciones, padrinazgo, etc. Finalmente, que se exploren nuevas propuestas no caminadas para solucionar los viejos problemas con innovación y progreso.