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Abelardo García Calderón: Cambiar, corregir y crear normativas

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Sería bueno plantear ideas que mejoren el modelo de Estado y dar un giro más moderno e innovador a lo educacional

Ahora, cuando se habla de cambio constitucional, lo que sin duda ajustará la legislación vigente, sería bueno plantear ideas que mejoren el modelo de Estado y dar un giro más moderno e innovador a lo educacional.

Sin más representatividad que nuestra experiencia y algo de conocimiento de la educación nacional, y conscientes de que nuestra voz no será la única, hoy dejamos estas reflexiones.

Urge cambiar el modelo administrativo de zonas horizontales: de Costa a Oriente, que nada ayudó y que más bien ha entorpecido y alejado a la autoridad del aula, de la trinchera misma. Teniendo claras regiones naturales, usemos la verticalidad geográfica, acaso dividiendo en dos zonas cada una, facilitando la administración y la agilidad de soluciones. La descentralización y desconcentración del ministerio es urgente; deben ser los distritos los que se encarguen de la gestión, y el centro ha de convertirse en el núcleo pedagógico y de orientación, guía y soporte de lo académico.

Desmontar el muro de derechos que blindan y protegen al infractor, desjudicializar la disciplina educativa, entendiendo que el estudiante no delinque, sino que impulsivamente irrumpe según su momento evolutivo, generando acciones que tienen y deben ser morigeradas, corregidas, sancionadas, enseñándole así a asumir sus actos y a enfrentar con resiliencia las consecuencias de lo que causó.

Restituir la autoridad del centro, del profesor, y rescatar para la educación lo formativo y el ser un bien público, no un simple servicio, resulta también imperativo.

Permitir la flexibilidad curricular para que no todos aprendan lo mismo, es necesario.

En lo público, es indispensable reducir los grupos áulicos, trabajar con el docente para que recupere su dignidad, y, si no fuese mucho pedir, cambiar el modelo de gestión para que cada institución reciba de finanzas sus fondos, se administre y procure mejoras, garantizando la gratuidad sostenida por el Estado, y que sea la comunidad docente organizada la que maneje los centros, como tantos otros modelos ya existentes.

¡Cambiar es urgente!