Carta de lectores: La forma de cambiar el mundo
Urge abrir la peor de las prisiones: la de un corazón cerrado y endurecido
El arbitrario y desolado planeta, adherido a la custodia del ser humano, requiere de solidaridad y de auténtica justicia. Urge reconstruir la confianza ciudadana y universalizarla en todos los abecedarios internos del ser humano, para reconstruir en este mundo moradas abiertas a la vida y la verdad.
Nuestro distintivo corazón innato necesita una regeneración, un cambio de posiciones y posturas, más auténticas con nosotros mismos y con los demás. Tenemos que aprender a reprendernos, que es otra forma de quererse y otra manera de avanzar en comunión para fraternizarnos. Nuestra gran asignatura pendiente radica en respetarnos, en no destruir los vínculos que nos abrazan.
Para ello hay que decir adiós definitivamente a las guerras, destronar de nosotros las desigualdades, el consumismo y el uso antihumano de la tecnología. Urge abrir la peor de las prisiones: la de un corazón cerrado y endurecido. Hay que tomar nuevos aires, abrirse y no desfallecer ante los obstáculos, que siempre los hubo; relanzarse con sensibilidad para fecundar los sueños y hacerlos realidad.
Víctor Corcoba