Terror y violencia: la niebla que cubre a Ecuador

Mientras tanto, fuera de las salas de reuniones, se siguen perdiendo vidas.

Todo está cubierto por una densa niebla ficticia, sin duda es uno de los elementos perfectos que es posible imaginar o añadir a este contexto tan caótico. Parece sacado de un relato al estilo de Poe o Bierce, es decir, una narración de suspenso, terror y misterio.

Los ecuatorianos caminan con los ojos en la espalda y el alma en la cartera. La primera hace referencia a ese impulso de mirar constantemente hacia atrás por el miedo de no saber quién sigue sus pasos. La segunda se refiere a que no se sabe en qué momento les arrebatarán la vida.

Es decir que sí o sí Ecuador se ha convertido en una zona de guerra donde se transita con miedo, no por caminar sobre una mina, sino por el temor de que el lugar donde uno se encuentre pase a convertirse en un escenario de ráfagas de violencia.

Además, que las personas pierdan la vida en tales circunstancias se ha vuelto parte de una rutina diaria, casi normal, como si fuera un fenómeno natural que no se puede frenar.

En cambio, en cuanto a los fenómenos sociales, hay formas de actuar, pero a los políticos les falta corazón. Las estrategias no deben ser desarrolladas durante el auge del problema, sino mucho antes, para que en el futuro todo salga perfectamente.

El hecho de que los políticos se pongan a discutir es una pérdida de tiempo. Mientras tanto, fuera de las salas de reuniones, se siguen perdiendo vidas.

Juan Farías Romero