Para soñar con una patria mejor es imprescindible una nueva clase política

Las irresponsabilidades y los errores de la clase política partidaria son el resultado de los desarreglos económicos y sociales que atraviesa el país.​

Pienso que la mayoría de ecuatorianos estamos conscientes de que para tener una patria mejor necesitamos una nueva clase política, patriota, capaz, pulcra y poseedora de ciencia, virtud y sabiduría; que sea ejemplo de distinción y logre redimir la confianza perdida en los políticos.

En gran parte, la crisis económica, social y política que estamos pasando deviene de la falta de honestidad y compromiso de las generaciones de políticos que nos han gobernado, con honrosas excepciones.

No han sido los de afuera los que han generado el caos fiscal y social, sino nuestros políticos, que convirtieron a los gobiernos de turno, en vez de una instancia al servicio del pueblo, en un barril sin fondo para enriquecerse, pagar favores a sus conmilitones, familiares, grupos de amigos y partidarios.

Esta realidad nos ha producido una desilusión que no nos está llevando por buen camino.

La realidad más acre es el problema social, caracterizado por la desbordante y aterradora inseguridad y violencia social, así como la pobreza y el desempleo, ingredientes que siendo diferentes al final se unen como un acto de desesperación.

Nadie cree en nadie, peor en nuestra clase política.

A estas alturas, con los graves problemas que tenemos, no se necesita un cambio de sistemas ni enmiendas constitucionales; se requiere una verdadera renovación de la clase política y cambiar la mentalidad del pueblo ecuatoriano, sacarlo de su comodidad, temor, o pesimismo agobiante, exprimirle su frustración o amargura, que en muchísimos casos conduce a la desesperanza.

Queremos un verdadero cambio. Hemos sufrido durante décadas como una sociedad tolerante, lo que ha sido aprovechado por políticos oportunistas, populistas y corruptos que quieren seguir vendiéndonos una falsa realidad como estrategia para dividir a la sociedad y poder seguir aprovechando el poder y los recursos del Estado.

Las irresponsabilidades y los errores de la clase política partidaria son el resultado de los desarreglos económicos y sociales que atraviesa el país.

Ec. Mario Vargas Ochoa