La invasión del crimen internacional y sus carteles fracturan al Estado y convierten el país en servidumbre de paso de drogas y delitos. Hace algún tiempo se dio a conocer que 300.000 ecuatorianos, aproximadamente, estaban dedicados al narcotráfico. Entonces quiere decir que no se trata tan solo de extranjeros y no se diga de beneficiarios, directos e indirectos, de valiosos cargamentos que fueron decomisados.

Tal vez serían muchos pero muchos más los no perjudicados, porque se trata de enriquecimiento indebido, de gente que encuentra satisfacción en su intento por desmejorar la apreciación que los ecuatorianos tengan por su país.

Mario Guerrero Burgos